Cómo seguir siendo sociable cuando se deja de beber
Reducir el consumo de alcohol no tiene por qué significar perder su vida social
¿Bebe o consume drogas para cambiar su estado de ánimo, afrontar sus miedos o lidiar con emociones dolorosas? Hay formas más sanas que la automedicación para afrontar los problemas y mejorar cómo se siente.
En estos tiempos de gran ansiedad y angustia, muchos de nosotros recurrimos a sustancias para intentar cambiar la forma en la que nos sentimos. Es posible que utilice la comida para darle un impulso a su estado de ánimo o aliviar el aburrimiento. Es posible que fume un poco marihuana para relajarse o que se tome una copa o dos antes de salir para calmar los nervios y aliviar cualquier ansiedad social. ¿O quizás recurre al Xanax o al Valium para conciliar el sueño, a los medicamentos para el TDAH para mantenerse concentrado durante el día o a los analgésicos recetados para disminuir cualquier dolor o estrés que esté experimentando en ese momento?
Utilizar el alcohol o las drogas de esta forma para controlar los síntomas de un problema de salud mental se conoce como “automedicación”. Es posible que sea consciente de que tiene un problema de salud mental pero no conozca formas más sanas de afrontarlo. O su enfermedad podría no estar diagnosticada y simplemente consume alcohol o drogas para lidiar con un síntoma o una situación específicos. Durante la pandemia y las dificultades económicas resultantes, por ejemplo, muchos de nosotros empezamos a automedicarnos para el estrés, la angustia y la depresión debido a los cambios radicales en nuestras vidas.
Aunque automedicarse puede ofrecerle cierto alivio a corto plazo, con el tiempo, solo agrava sus problemas. Ya sea que recurra al alcohol, a las drogas ilegales o a los medicamentos recetados (o incluso a la comida o a los cigarrillos), automedicarse de manera regular puede ocasionar adicción, un empeoramiento de los trastornos del estado de ánimo y un aumento de los problemas de salud. También puede dañar sus relaciones en casa, el trabajo y la escuela.
Pero no se sienta impotente. Al comprender mejor las razones por las que se automedica y las situaciones en las que lo hace, podrá encontrar formas más sanas y eficaces de afrontar sus problemas y mejorar su estado de ánimo y bienestar generales.
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Realice la evaluación HelpGuide es un apoyo para el usuario. Ganamos una comisión si se registra en los servicios de BetterHelp después de hacer clic en este sitio. Obtenga más informaciónTodos nos sentimos agobiados, preocupados y desequilibrados de vez en cuando en respuesta a los retos y contratiempos de la vida. Pero cuando los sentimientos de desesperanza, miedo, ira, tristeza o estrés abrumador empiezan a interferir con su vida cotidiana, puede ser una señal de que necesita ayuda con una enfermedad subyacente. Sin embargo, en lugar de buscar tratamiento, puede ser tentador intentar afrontar la situación por su cuenta de la forma más sencilla posible: tomando una bebida o una pastilla.
En estos tiempos de agitación financiera y social generalizada, muchos de nosotros hemos intentado automedicarnos para tratar la angustia e incertidumbre porque el mundo parece tener una crisis tras otra.
[Lea: Cómo afrontar la incertidumbre]
Otras personas recurren a las sustancias para afrontar recuerdos o sentimientos desagradables que vienen del pasado, como incidentes traumáticos no resueltos. Otros consumen alcohol o drogas para afrontar situaciones que les asustan o para mantenerse concentrados en las tareas a lo largo del día.
Al igual que las razones para buscar consuelo en las drogas o el alcohol varían según el individuo, también pueden hacerlo los métodos de automedicación.
El alcohol tiende a ser el método más común de automedicación, así como la sustancia de la que más se suele abusar, ya que está ampliamente disponible. Puede utilizarse para automedicarse para tratar el estrés, así como para la depresión y la ansiedad, a pesar de que la cerveza, el vino y el licor son todos depresores y, por lo tanto, solo empeoran los síntomas.
Los medicamentos recetados, incluidos los analgésicos opioides, la medicación para el TDAH y los ansiolíticos también están ampliamente disponibles. Sus usos pueden ir desde aliviar el dolor u ocasionar una sensación de relajación hasta aumentar la concentración y la energía.
Las drogas recreativas, como la marihuana, el cannabis o los estimulantes, por ejemplo, la cocaína y las anfetaminas, se utilizan para controlar emociones, situaciones y recuerdos incómodos. Su consumo puede ocasionar el abuso de las drogas y a la adicción.
La comida puede ser usada por las personas que comen por motivos emocionales para automedicarse por los sentimientos desagradables y afrontar el estrés, la ansiedad o la depresión. Dado que la mayoría de las personas tiene antojos de alimentos ricos en azúcar, calorías y grasas poco saludables, la alimentación emocional puede causar estragos en su cintura, así como en su estado de ánimo.
La nicotina que contienen los cigarrillos y otros productos del tabaco ayuda a algunas personas a concentrarse, aunque a largo plazo tiende a empeorar los síntomas del TDAH y puede hacer que sea más difícil dejar de fumar.
No siempre es fácil identificar cuándo se está automedicando. Después de todo, beber alcohol es algo socialmente aceptable en muchas culturas; los medicamentos recetados pueden encontrarse en la mayoría de los hogares, e incluso las drogas recreativas, como la marihuana, son ahora legales o fáciles de conseguir en muchos lugares.
Para entender si se está automedicando, es necesario examinar sus motivos para beber o consumir drogas, así como el impacto que está teniendo en su vida. Por ejemplo, ¿está tomando una pastilla porque le duele la espalda o porque ha tenido un día estresante en el trabajo y quiere cambiar cómo se siente? ¿Toma una copa para pasar un rato con los amigos o complementar una comida, o intenta mejorar su estado de ánimo o sentirse menos ansioso?
Las señales de que es posible que se esté automedicando incluyen:
Es fácil pasar de la automedicación por un problema emocional o de salud mental al abuso de las drogas o el alcohol.
Un problema de abuso de sustancias NO se define por la droga que se consume ni por lo que se bebe. Tampoco se define por cuándo se consume o incluso por cuánto se consume. Son los EFECTOS de su consumo de sustancias los que definen un problema.
Si su consumo de alcohol o drogas le está causando problemas en su vida o en sus relaciones, tiene un problema de abuso de sustancias.
Tratar de automedicarse por un problema de salud mental puede crear una variedad de problemas más allá del riesgo de volverse adicto a la sustancia de su elección. La automedicación también puede:
Empeorar los síntomas. Intentar automedicarse por un problema de salud mental puede empeorar los síntomas existentes o incluso generar nuevos síntomas.
Interactuar con los medicamentos recetados. Abusar del alcohol o las drogas puede interactuar con cualquier otro medicamento que esté tomando, anulando su eficacia o provocando efectos secundarios desagradables.
Desencadenar nuevos problemas de salud mental. Si ya corre el riesgo de padecer un trastorno mental, beber en exceso o consumir drogas podría conducir al desarrollo de nuevos problemas, más allá de los que motivaron su automedicación en primer lugar. Por ejemplo, el consumo de opioides y alcohol se ha relacionado con el desencadenamiento de la depresión y el consumo de marihuana y metanfetaminas, con la psicosis.
Retrasar o impedir que se busque ayuda. Una vez que ha empezado a automedicarse, puede ser difícil cambiar el rumbo y buscar métodos más sanos y eficaces para tratar sus problemas. Sin embargo, cuando reconozca cómo su consumo de sustancias solo está agravando sus problemas en lugar de resolverlos, podrá empezar a enfrentarlos de una vez por todas.
Para encontrar formas más sanas y eficaces de afrontar sus problemas y manejar sus emociones, primero tiene que reconocer cuándo y cómo se está automedicando. Eso significa ser honesto con usted mismo y con las personas más cercanas a las que genuinamente les preocupa.
Tanto si bebe como si consume drogas (o ambas cosas), es habitual intentar racionalizar el consumo de sustancias, subestimar la cantidad o la frecuencia con la que se consume o, simplemente, negar que tenga un problema. Es posible que intente echarle toda la culpa de sus problemas de pareja o de sus preocupaciones económicas, por ejemplo, a causas externas.
La pandemia, el declive de la economía y el aumento del desempleo pueden hacer que cualquiera se sienta estresado, ansioso o deprimido. Pero también es importante reconocer cómo el tiempo y el dinero que gasta bebiendo o consumiendo drogas también podrían estar contribuyendo a sus problemas.
La negación también puede presentarse en los problemas de salud mental. Es posible que le dé pena admitir que está teniendo problemas para afrontar los síntomas de la depresión o la ansiedad, por ejemplo. Aunque puede parecer más fácil ignorar sus problemas y esperar que desaparezcan, superar la negación es el primer paso hacia la recuperación.
Admitir que tiene un problema de salud mental no es un signo de debilidad o un tipo de defecto de carácter. Sin importar los problemas a los que se enfrente, existen formas eficaces de afrontarlos y recuperar el control de su vida.
Lleve un registro de su consumo de sustancias y de su estado de ánimo. Durante varias semanas, registre cuándo consume alcohol o drogas, cuánto consume y cómo se siente cuando empieza: estresado, ansioso, triste, o aburrido, por ejemplo. Al revisar los resultados, debería ser capaz de identificar patrones y desencadenantes del estado de ánimo en sus hábitos de consumo de sustancias.
Intente no consumir durante varios días a la semana. ¿Es siquiera capaz de evitar las drogas o el alcohol algunos días? Anote cómo se siente esos días, ¿se siente menos o más ansioso, estresado o deprimido cuando no consume? ¿Duerme bien? ¿Puede ocupar el tiempo encontrando formas más sanas y efectivas de estabilizar sus estados de ánimo?
Si se automedica por sus estados de ánimo y sus emociones, lo más probable es que considere su consumo de sustancias de una forma que lo haga parecer más útil de lo que realmente es. Por ejemplo, es posible que, como muchas personas, beba alcohol por la noche para conciliar el sueño. Pero, aunque puede ayudarle a conciliar el sueño más rápidamente, el alcohol también perturbará su descanso. Puede hacer que sea necesario ir al baño con mayor frecuencia, agravar los problemas respiratorios, interferir con la fase reparadora del sueño REM y hacer que se despierte antes de lo normal. Todo esto aunado a un descanso nocturno de mala calidad. Si se salta la copa nocturna, es posible que tarde más en dormirse, pero dormirá mejor y se despertará sintiéndose más fresco y mejor descansado.
Del mismo modo, puede consumir alcohol para mejorar su estado de ánimo o como un mecanismo para afrontar la ansiedad. Aunque unas copas pueden tener el efecto deseado, haciéndolo sentir más feliz o menos ansioso, debido a que el alcohol es un depresor, al final, esto hará que se sienta más ansioso y deprimido. El consumo regular de alcohol deprime el sistema nervioso central y disminuye los niveles de la sustancia química cerebral serotonina, dejándolo más triste y propenso a preocuparse que antes.
[Lea: Trastornos y ataques de ansiedad]
Incluso cuando se da cuenta de que su automedicación solo está ocultando temporalmente sus problemas en lugar de servirle para algún propósito útil, puede ser difícil abandonar las ideas erróneas y las falsas creencias que ha construido en su mente. Sin embargo, cuanto más cuestione sus creencias sobre los beneficios de la automedicación, menos control tendrán sobre su comportamiento. Puede hacerlo sustituyendo el consumo de sustancias por medios más eficaces y sanos de afrontar sus problemas.
Es fácil caer en la trampa de pensar que es impotente ante sus problemas de salud mental. Pero no importa a qué se enfrente, siempre hay medidas que puede tomar para modificar cómo se siente y mejorar sus síntomas, con o sin ayuda profesional. La mayoría de las personas con depresión, ansiedad o estrés, por ejemplo, responden bien a medidas de autoayuda como las siguientes:
Buscar apoyo social. No hay nada más tranquilizador para su sistema nervioso que platicar en persona con un amigo o un ser querido. Incluso en tiempos de distanciamiento social, puede encontrar formas de conectar regularmente con familiares y amigos para aliviar su estrés y ansiedad y mejorar su estado de ánimo.
Hacer más ejercicio. El ejercicio desencadena poderosos cambios en el cerebro que pueden mejorar su estado de ánimo, aliviar tensiones y fomentar sentimientos de calma y bienestar. El ejercicio también puede servir como una valiosa distracción, permitiéndole salir del ciclo de pensamientos negativos que muchas veces alimentan los trastornos del estado de ánimo.
Adoptar una práctica de relajación. Practicar una técnica de relajación, como la meditación, la respiración profunda o el yoga, puede ayudarle a aliviar el estrés y a sentirse más tranquilo y positivo a lo largo del día.
Mejorar su sueño. La falta de sueño puede empeorar la ansiedad, la depresión y el estrés, del mismo modo que los trastornos del estado de ánimo, y el consumo de ciertas sustancias, puede dificultar dormir bien. Sin embargo, si se mantiene sobrio y adopta nuevos hábitos durante el día y a la hora de acostarse, puede romper el ciclo y mejorar su descanso por la noche.
Seguir una dieta más sana. Los alimentos que consume pueden influir mucho en su estado de ánimo. Reducir el consumo de azúcar y comida chatarra, comer más frutas y verduras frescas y aumentar la ingesta de ácidos grasos omega-3 puede ayudar a mejorar su perspectiva e incrementar su energía.
Cuando uno está deprimido, puede sentir que no hay esperanza en la vida y que nadie nos puede ayudar, que no hay luz al final del túnel. Pero hay muchas cosas que puede hacer para mejorar y estabilizar su estado de ánimo, desde cuestionar los pensamientos negativos hasta pasar tiempo en la naturaleza y programar actividades divertidas en su día.
[Lea: Cómo sobrellevar la depresión]
La ansiedad es un grupo de trastornos relacionados más que una única condición. Algunas personas sufren intensos ataques de pánico que llegan sin previo aviso, mientras que otras pueden estremecerse ante la idea de socializar en una fiesta o luchan con miedos irracionales, pensamientos invasivos o preocupaciones incontrolables.
Los trastornos de ansiedad son de los problemas de salud mental más comunes y son muy tratables. Por ejemplo, preocuparse es un hábito mental que puede aprender a romper.
[Lea: Cómo dejar de preocuparse]
Es posible que parezca que no hay nada que pueda hacer contra el estrés. Las cuentas siguen acumulándose, nunca hay suficientes horas en el día y sus responsabilidades laborales y familiares nunca terminan. Pero aún hay muchas cosas que puede hacer para mantener sus niveles de estrés bajo control, tanto si su estrés tiende a producirse en momentos predecibles como si lo toma por sorpresa.
Si la automedicación de un problema de salud mental desencadena un problema de abuso de sustancias (adicción o dependencia), se le conoce como diagnóstico dual o trastorno concurrente. Para obtener ayuda para un trastorno concurrente, tendrá que abordar simultáneamente tanto el problema de abuso de sustancias como el problema de salud mental que desencadenó su consumo de drogas o alcohol en primer lugar.
El tratamiento para el abuso de sustancias puede incluir la desintoxicación, el control del síndrome de abstinencia, la terapia presencial o terapia en línea o la asistencia a grupos de apoyo entre iguales. Dependiendo de la gravedad del problema de abuso de sustancias, algunas personas son capaces de alcanzar y mantener la sobriedad por sí mismas con el apoyo de amigos y seres queridos, mientras que otras necesitan ayuda profesional.
El tratamiento de su problema de salud mental puede incluir una combinación de medidas de autoayuda, cambios saludables en su estilo de vida, terapia individual o de grupo y medicamentos.
Ayudar a un ser querido que se automedica puede ser una lucha ardua. Tiene que superar cualquier negación sobre sus problemas o el consumo de sustancias, ayudarle a reconocer por qué se automedica y, luego, atender tanto la condición subyacente como los problemas creados por su consumo de alcohol o drogas.
[Lea: Cómo ayudar a una persona con adicción a las drogas]
Es importante recordar que usted no puede hacer el trabajo duro de lidiar con los problemas de su ser querido por él. No se puede obligar a nadie a atender su estado de salud mental ni a permanecer sobrio. Pero puede animar a su ser querido a buscar ayuda y ofrecerle su amor y apoyo.
Hable con la persona. Cuando ambos estén sobrios y tranquilos, hable con su ser querido sobre los comportamientos dañinos y los problemas que ha observado. Anímelo a abrirse a usted escuchándolo, sin juzgarlo ni acusarlo.
Obtenga toda la información que pueda sobre el problema de salud mental subyacente de la persona que está haciendo que se automedique. Cuanto más entienda por lo que está pasando su ser querido, más capaz será de apoyar su recuperación.
Anime a su ser querido a buscar a ayuda. Sugiérale una revisión general con un médico e incluso ofrézcase a acompañarlo a la primera consulta. Hablar de las razones para automedicarse con un profesional puede ayudarle a ver sus problemas con más claridad.
No beba ni consuma drogas con su ser querido ni discuta sobre su consumo de sustancias cuando esté bajo los efectos de estas. En su lugar, ocupe el tiempo que pasan juntos con actividades y pasatiempos divertidos y saludables que no impliquen el consumo de alcohol o drogas.
Fomente la convivencia social. Cuando alguien está deprimido, ansioso o experimenta otro problema de salud mental, puede ser muy tentador aislarse. Pero el contacto social y el apoyo de amigos y familiares es vital para su recuperación.
Establezca límites. Sea realista sobre la cantidad de cuidados y tiempo que puede ofrecer a su ser querido sin sentirse abrumado usted mismo. Ponga límites a los comportamientos perturbadores y cúmplalos. Dejar que los problemas de su amigo o ser querido se apoderen de su vida no es sano para ninguno de los dos.
Tenga paciencia. Recuperarse de la depresión, la ansiedad o cualquier otra condición que haya provocado la automedicación no ocurre de un día para otro. La recuperación es un proceso continuo y las recaídas son frecuentes. Sea paciente, alentador y comprensivo.
Busque su propio apoyo. Es fácil desgastarse por los problemas de su ser querido. Hable con alguien de confianza sobre lo que está viviendo. Es posible que incluso le ayude recibir terapia o unirse a un grupo de apoyo para personas que se enfrentan a problemas similares.
Llame a la NAMI HelpLine al 1-800-950-6264 o a la línea de ayuda de SAMHSA al 1-800-662-4357.
Llame a la SANEline al 07984 967 708.
Llame a la línea de ayuda de Sane al 1800 187 263.
Visite Mood Disorders Society of Canada para acceder a los enlaces de las líneas de ayuda de cada provincia.
Llame a la línea de ayuda de la Fundación Vandrevala al 1860 2662 345.
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