Trastorno disfórico premenstrual (TDPM): Cómo sobrellevar un SPM grave
Cómo sobrellevar un SPM grave
Cuando está deprimido, comprender los diferentes tipos y causas de este trastorno del estado de ánimo puede ayudarle a encontrar el tratamiento más eficaz, incluso si está sobrellevando una depresión atípica, resistente al tratamiento o clínica.
La depresión es un trastorno del estado de ánimo que afecta su capacidad para funcionar con normalidad en la vida diaria y puede presentarse de diversas formas. Definir las causas, los síntomas y la gravedad, se trate de una depresión leve, moderada o grave (clínica), puede ser complicado, pero obtener un diagnóstico preciso puede ayudarle a controlar mejor su depresión y a recibir el tratamiento más eficaz.
Algunos tipos de depresión se deben a acontecimientos de la vida, experiencias estresantes como una pérdida, un trauma o un divorcio, o preocupaciones financieras. Otros tipos pueden deberse a cambios estacionales, la menstruación o el embarazo y el parto. Su tipo de personalidad también puede influir en la depresión, al igual que la genética, ciertos medicamentos y el abuso de alcohol y drogas.
Conocer el tipo de depresión que tiene puede ayudarle a controlar mejor sus síntomas y a obtener el tratamiento más eficaz. Por ejemplo, los estudios han demostrado que la depresión leve puede tratarse con la misma eficacia tanto con ejercicio como con antidepresivos, y sin el riesgo de efectos secundarios desagradables. En cambio, la depresión grave además puede requerir una intervención más amplia, ya sea terapia, medicamentos o un tratamiento alternativo.
Del mismo modo, comprender la causa de su depresión puede ayudar a determinar las mejores formas de mejorar su estado de ánimo y cómo se siente. Si se siente deprimido por un trabajo sin futuro, por ejemplo, el mejor tratamiento podría ser encontrar una profesión más satisfactoria en lugar de simplemente tomar medicamentos. Si es nuevo en un lugar y se siente solo y triste, encontrar nuevos amigos probablemente le levantará más el ánimo que ir a terapia. En estos casos de depresión «situacional», la depresión puede remediarse al cambiar sus circunstancias.
Además, reconocer sus factores de riesgo y desencadenantes personales de la depresión puede ayudarle a prevenir la reaparición de los síntomas.
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Realice la evaluación HelpGuide es un apoyo para el usuario. Ganamos una comisión si se registra en los servicios de BetterHelp después de hacer clic en este sitio. Obtenga más informaciónEstos son los tipos más comunes de depresión. Más que simplemente sentirse triste, los síntomas de la depresión leve pueden interferir en su vida diaria, quitándole alegría y motivación.
Estos síntomas se intensifican en la depresión moderada y pueden provocar una disminución de la confianza y la autoestima.
La distimia, también conocida como trastorno depresivo persistente (TDP o PDD, por sus siglas en inglés), es un tipo de depresión recurrente leve o de «bajo grado». La mayoría de los días siente una depresión leve o moderada, aunque puede tener breves periodos de estado de ánimo normal.
La «depresión de alto funcionamiento» es un término que puede haber oído en las redes sociales o en las noticias, pero no es un término médico reconocido ni un diagnóstico clínico. Más bien, parece que se utiliza para describir cómo algunas personas son capaces de funcionar en sus actividades diarias a pesar de su depresión continua.
En muchos casos, se confunde con el trastorno depresivo persistente, en el que tiene un bajo estado de ánimo continuo, pero puede seguir ocultándolo a los demás y continuar con sus actividades cotidianas, como ir al trabajo o la escuela.
Independientemente de las etiquetas, lo importante es recordar que los síntomas de la depresión afectan a las personas de forma diferente. Incluso alguien que exteriormente parece «estar bien» puede estar sufriendo interiormente y necesitar ayuda.
La depresión clínica o mayor, también conocida como trastorno depresivo mayor (TDM o MDD, por sus siglas en inglés), es mucho menos común que la depresión leve o moderada. Se caracteriza por síntomas graves e incesantes.
La depresión atípica es un subtipo común del trastorno depresivo mayor con un patrón de síntomas específico. Responde mejor a algunas terapias y medicamentos que a otros, por lo que identificarla puede ser útil para garantizar que reciba el tratamiento más eficaz.
A veces, la depresión mayor puede ir acompañada de síntomas de psicosis, como alucinaciones, delirios o estupor. La depresión mayor con rasgos psicóticos puede ser extremadamente aterradora. Durante un episodio depresivo, puede creer cosas que no se basan en la realidad, sentirse paranoico, enojado e irracional, o ver, oír o sentir cosas que en realidad no existen. Esto puede ser especialmente angustioso si se incluyen pensamientos de hacerse daño a sí mismo o a los demás.
Con la depresión psicótica, sus habilidades psicomotoras también pueden alterarse, lo que volverá más lentos sus movimientos y pensamientos. O incluso podría experimentar un estado de estupor, en el que es incapaz de moverse, hablar o responder a lo que le rodea.
Experimentar rasgos psicóticos durante un episodio depresivo puede aumentar la probabilidad de un diagnóstico de trastorno bipolar, por lo que es importante que hable con su médico de inmediato.
Cuando tiene tendencias suicidas, sus problemas no parecen temporales, parecen abrumadores y permanentes. Pero con el tiempo se sentirá mejor, sobre todo si recibe ayuda. Hay muchas personas que quieren apoyarle en estos momentos difíciles, así que, por favor, acérquese.
Lea ¿Tiene tendencias suicidas? Llame al 988 en EE. UU., o visite la IASP o Suicide.org para encontrar una línea de ayuda en su país.
El tratamiento de la depresión puede incluir terapia, medicamentos, cambios en el estilo de vida y otras opciones, pero todos pueden tardar en funcionar. Por ejemplo, puede llevar un tiempo encontrar al terapeuta adecuado, elegir un antidepresivo que le funcione o que una nueva rutina de ejercicios empiece a darle resultados. O puede ser necesario probar una combinación diferente de tratamientos para ayudar a aliviar su depresión.
Aunque no existe una definición exacta de la depresión resistente al tratamiento, los especialistas médicos con frecuencia utilizan esta etiqueta cuando los primeros tratamientos no dan resultado. Si cree que el tratamiento de la depresión no le está funcionando:
Asegúrese de tener el diagnóstico correcto. Un diagnóstico erróneo puede dificultar aún más la búsqueda del tratamiento adecuado. Por ejemplo, si está en tratamiento por depresión, pero en realidad tiene trastorno bipolar, tomar antidepresivos incluso podría empeorar sus síntomas.
Haga cambios saludables en su estilo de vida. Mantenerse socialmente activo, controlar el estrés y la ansiedad, hacer ejercicio con regularidad y dormir lo suficiente pueden tener un profundo efecto en su estado de ánimo. Aun cuando también está en terapia y toma antidepresivos, las medidas de autoayuda pueden hacer que estos tratamientos sean más eficaces.
Intente evitar el alcohol y las drogas recreativas. El abuso de sustancias puede empeorar los síntomas de la depresión así como dificultar su tratamiento. Incluso otros medicamentos recetados pueden interactuar negativamente con los antidepresivos.
Considere tratamientos alternativos. Si tiene depresión resistente al tratamiento, su médico puede recomendarle terapias como la estimulación magnética transcraneal (EMT o TMS, por sus siglas en inglés) o la terapia electroconvulsiva (TEC o ECT, por sus siglas en inglés).
Para algunas personas, la reducción de las horas de luz en invierno provoca una forma de depresión conocida como trastorno afectivo estacional (TAE o SAD, por sus siglas en inglés). El TAE afecta a entre el 0.5 % y el 3 % de la población, sobre todo a mujeres y jóvenes.
El TAE puede hacerle sentir como una persona completamente diferente a la que es en el verano: desesperanzada, triste, tensa o estresada, sin interés en amigos o actividades que normalmente le gustan. El TAE suele comenzar en otoño o invierno, cuando los días se hacen más cortos, y permanece hasta los días más luminosos de la primavera.
El trastorno disfórico premenstrual (TDPM o PMDD, por sus siglas en inglés) es una forma grave y a menudo incapacitante del síndrome premenstrual (SPM o PMS, por sus siglas en inglés). Además de síntomas físicos como hinchazón, calambres, dolores de cabeza y dolor corporal, el TDP puede causar síntomas de depresión.
[Lea: Depresión en las mujeres]
Causado por fluctuaciones hormonales, el TDPM suele comenzar entre 10 y 14 días antes del periodo menstrual y mejora a los pocos días de su inicio.
Tras el parto, es común que las mujeres experimenten algunos síntomas de la «melancolía posparto». Las fluctuaciones hormonales combinadas con el agotamiento, la falta de sueño y el estrés pueden hacer que se sienta frágil, con ganas de llorar y emocionalmente abrumada. Estos síntomas normalmente desaparecen después de unas semanas.
Sin embargo, en algunos casos, los síntomas persisten y dan lugar a una depresión grave y duradera conocida como depresión posparto. Si bien la depresión posparto comparte muchos de los síntomas de la melancolía posparto: tristeza, insomnio o cambios de humor, son más graves y pueden interferir en su capacidad para cuidar a su bebé e incluso incluir pensamientos suicidas.
[Lea: Depresión posparto y melancolía posparto]
En algunos casos poco frecuentes, la depresión posparto también puede incluir psicosis posparto, caracterizada por delirios, alucinaciones y ansiedad y confusión extremas.
Mientras que algunas enfermedades tienen una causa médica específica, volviendo sencillo su tratamiento, la depresión es mucho más complicada. A pesar de lo que pueda haber visto en los anuncios de televisión, leído en los artículos de periódico o incluso escuchado de un médico, la depresión no es solo el resultado de un desequilibrio químico en el cerebro, de tener demasiada o muy poca cantidad de alguna sustancia química cerebral.
En realidad, la depresión a menudo es causada por una combinación de factores: biológicos, psicológicos y sociales que pueden variar considerablemente de una persona a otra. Por ejemplo, si se está divorciando, le diagnosticaron una afección médica grave o perdió recientemente su trabajo, el estrés podría hacer que empiece a beber más, lo que a su vez podría hacer que se aleje de su familia y amigos. Entonces la combinación de estos factores podría desencadenar una depresión.
Otras causas de la depresión incluyen:
Los medicamentos, como los barbitúricos, los corticosteroides, las benzodiacepinas, los analgésicos opiáceos, los anticonceptivos hormonales y determinados medicamentos para la presión arterial, pueden desencadenar síntomas en algunas personas, al igual que el hipotiroidismo (una glándula tiroidea poco activa).
Factores biológicos, como inflamación, cambios hormonales, supresión del sistema inmunológico, actividad anormal en determinadas partes del cerebro, deficiencias nutricionales y disminución de las células cerebrales.
Recientes experiencias de vida estresantes. Cambios importantes en la vida, como una pérdida, un divorcio, el desempleo, un trauma o problemas financieros, a menudo pueden provocar niveles abrumadores de estrés y desencadenar la depresión.
Problemas maritales o en las relaciones. Si bien una red de relaciones sólidas y de apoyo puede ser crucial para una buena salud mental, las relaciones abusivas, problemáticas o infelices pueden tener el efecto contrario y contribuir a la depresión.
Ansiedad. La depresión y los trastornos de ansiedad con frecuencia van de la mano. Dado que más del 40 % de las personas con depresión mayor también sufren ansiedad, es importante buscar un tratamiento para ambas afecciones.
[Lea: Trastornos y ataques de ansiedad]
Enfermedad o dolor crónicos. El dolor no controlado o el diagnóstico de una enfermedad grave, como el cáncer, una enfermedad del corazón o la diabetes, pueden desencadenar sentimientos de desesperanza e impotencia.
Abuso de alcohol o drogas. El abuso de sustancias a menudo puede acompañar a la depresión. Muchas personas consumen alcohol o drogas como forma de automedicar sus estados de ánimo o para lidiar con el estrés o emociones difíciles.
Independientemente de si puede aislar las causas o no, lo más importante es reconocer que tiene un problema, buscar apoyo y seguir las estrategias de afrontamiento que pueden ayudarle a sentirse mejor.
Los siguientes factores de riesgo pueden hacerle más vulnerable a desarrollar depresión:
Soledad y aislamiento. Existe una fuerte relación entre la soledad y la depresión. La falta de apoyo social no solo puede aumentar el riesgo, sino que la depresión puede hacer que se aleje de los demás, exacerbando la sensación de aislamiento. Tener amigos cercanos o familiares para platicar puede ayudarle a mantener la perspectiva de sus problemas y evitar tener que afrontarlos solo.
Antecedentes familiares de depresión. Dado que puede ser hereditaria, es probable que algunas personas tengan una susceptibilidad genética a la depresión. Sin embargo, no existe un gen de la «depresión». Y el hecho de que un pariente cercano sufra depresión no significa que también vaya a sufrirla. Sus elecciones de estilo de vida, relaciones y habilidades de afrontamiento son tan importantes como la genética.
Personalidad. Tanto si sus rasgos de personalidad son heredados de sus padres como si son el resultado de experiencias de la vida, pueden influir en su riesgo de depresión. Por ejemplo, puede tener un mayor riesgo si tiende a preocuparse en exceso, tiene una actitud negativa en la vida, es muy autocrítico o sufre de baja autoestima.
Traumas o abusos en edad temprana. El estrés en los primeros años de vida, como el trauma, el abuso o el acoso en la infancia, pueden aumentar su propensión a padecer en el futuro diversas afecciones de salud, como la depresión.
Antecedentes de problemas de salud mental. Por ejemplo, si ha padecido en el pasado ansiedad, un trastorno alimenticio o un trastorno de estrés postraumático (TEPT o PTSD, por sus siglas en inglés), su riesgo de depresión aumenta.
Abuso de sustancias. Si ya corre el riesgo de sufrir depresión, el abuso de alcohol o drogas puede llevarle al límite. También hay evidencia de que quienes abusan de los analgésicos opiáceos corren un mayor riesgo de depresión.
Edad y sexo. En los años de vejez, aumenta el riesgo de padecer depresión, quizá debido a factores de riesgo como el aislamiento social o las enfermedades crónicas. Del mismo modo, las mujeres tienen cerca del doble de probabilidades de desarrollar depresión que los hombres. Aunque las razones no están claras, puede deberse a los cambios hormonales.
Cuando uno está deprimido, puede sentir que no hay luz al final del túnel. Pero hay muchas cosas que puede hacer para levantar y estabilizar su estado de ánimo. La clave está en empezar con unas pocas metas pequeñas e ir avanzando poco a poco a partir de ahí, intentando hacer un poco más cada día. Sentirse mejor lleva tiempo, pero puede conseguirlo si toma decisiones positivas para sí mismo.
[Lea: Cómo sobrellevar la depresión]
Acérquese a otras personas. El aislamiento alimenta la depresión, así que acérquese a amigos y seres queridos, aunque se sienta solo o no quiera ser una carga para los demás. El simple hecho de hablar con alguien en persona sobre cómo se siente puede ser de enorme ayuda. La persona con la que habla no tiene que ser capaz de arreglarlo. Solo necesita ser un buen oyente, alguien que escuche con atención sin distraerse ni juzgarlo.
Póngase en movimiento. Cuando está deprimido, simplemente levantarse de la cama puede parecer abrumador, no se diga hacer ejercicio. Pero el ejercicio regular puede ser tan eficaz como los medicamentos antidepresivos para contrarrestar los síntomas de la depresión. Dé un pequeño paseo o ponga música y baile. Empiece con actividades breves y vaya aumentando.
Siga una dieta que mejore su estado de ánimo. Reduzca el consumo de productos que pueden afectar negativamente a su estado de ánimo, como la cafeína, el alcohol, las grasas trans, el azúcar y los carbohidratos refinados. Y aumente los nutrientes que mejoran el estado de ánimo, como los ácidos grasos omega-3.
Encuentre formas de volverse a relacionar con el mundo. Pase tiempo en la naturaleza, cuide una mascota, haga un voluntariado, retome un pasatiempo que antes le gustaba (o empiece uno nuevo). Al principio no tendrá ganas de hacerlo, pero a medida que vuelva a participar en el mundo, empezará a sentirse mejor.
Si el apoyo de familiares y amigos, y los cambios positivos en su estilo de vida no son suficientes, puede ser el momento de buscar la ayuda de un especialista en salud mental. Existen muchos tratamientos eficaces para la depresión, entre ellos:
Terapia. Consultar a un terapeuta puede proporcionarle herramientas para tratar la depresión desde diversos ángulos y motivarle a tomar las medidas necesarias. La terapia también puede ofrecerle las habilidades y el conocimiento necesarios para evitar que el problema reaparezca.
[Lea: Tratamiento para la depresión]
Los medicamentos pueden ser imprescindibles si tiene tendencias suicidas o se siente violento. Pero, aunque pueden ayudar a aliviar los síntomas de la depresión en algunas personas, no son una cura y, por lo general, no son una solución a largo plazo. También tienen efectos secundarios y otros inconvenientes, por lo que es importante conocer todos los datos para tomar una decisión informada.
Terapia de estimulación magnética transcraneal (EMT). Este tratamiento no invasivo dirige pulsos recurrentes de energía magnética a las regiones del cerebro involucradas en el estado de ánimo y puede utilizarse para la depresión resistente al tratamiento.
Terapia electroconvulsiva (TEC). Esta es otra opción para la depresión que ha demostrado ser resistente a los medicamentos, la terapia y la autoayuda. La TEC utiliza electrodos para inducir una convulsión rápida mediante la administración de un leve impulso eléctrico en el cerebro. Aunque esta práctica puede ser eficaz, probablemente querrá saber más sobre cómo funciona la TEC para decidir si es adecuada para usted.
Encuentre sedes/grupos de apoyo de la DBSA o llame a la Línea de ayuda de NAMI para obtener apoyo y referencias al 1-800-950-6264.
Encuentre grupos de apoyo para la depresión en persona y en línea o llame a la Mind Infoline al 0300 123 3393.
Llame al Centro de ayuda de SANE al 1800 18 7263.
Llame a la Mood Disorders Society of Canada al 613-921-5565.
Llame a la línea de ayuda de la Fundación Vandrevala (India) al 1860 2662 345 o 1800 2333 330.
Llame a la línea de ayuda 988 Suicide and Crisis Lifeline al 988.
Llame a Samaritans UK al 116 123.
Llame a la línea de ayuda Lifeline Australia al 13 11 14.
Visite la IASP o Suicide.org para encontrar una línea de ayuda cerca de usted.
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