Racismo y salud mental
Trauma racial y el estrés y la ansiedad por la discriminación
La exposición a la violencia con armas puede hacer que se sienta conmocionado, temeroso y profundamente inseguro. También puede afectar su salud mental a largo plazo. Sin embargo, hay formas de superar el trauma provocado por las armas y reponerse.
Es difícil ignorar las numerosas noticias sobre la violencia con armas. Las historias desgarradoras sobre los tiroteos masivos suelen acaparar los titulares en todo el mundo. También hay incidentes de violencia de pandillas, tiroteos policiales y violencia doméstica con armas que pueden hacer que se pregunte por qué la gente puede ser tan brutal. Sin embargo, los accidentes que involucran armas de fuego muestran las consecuencias del uso irresponsable de las armas.
Estas historias pueden ser aún más terribles cuando hay niños o adolescentes involucrados y se truncan vidas jóvenes. En 2020, las lesiones relacionadas con armas de fuego se convirtieron en la principal causa de muerte entre niños y adolescentes en Estados Unidos. Si usted es padre o madre, es comprensible que se preocupe por enviar a su hijo a la escuela todos los días.
Tanto si usted se ve involucrado directamente en un incidente de violencia con armas, como si presencia un tiroteo o simplemente oye en las noticias los eventos, puede quedar traumatizado o desarrollar síntomas de trastorno de estrés postraumático (TEPT o PTSD, por sus siglas en inglés).
Presenciar un tiroteo puede ser especialmente traumático. Puede dejarle en un estado de conmoción y desesperación, sobrecargar su sistema nervioso y volverle ansioso e hipervigilante. Si vive en una zona propensa a la violencia con armas, puede sentir miedo o nerviosismo cada vez que sale a la calle. El simple hecho de leer en las noticias sobre tiroteos masivos y violencia con armas puede dificultarle concentrarse en el trabajo o la escuela.
La pérdida de un ser querido por violencia con armas puede provocar un intenso dolor e ira, sobre todo si cree que los políticos, las autoridades o los representantes de la ley le han defraudado. También es natural sentirse frustrado cuando los medios de comunicación y las figuras políticas intentan culpar por completo a las enfermedades mentales de la violencia con armas. Este mito solo contribuye a estigmatizar aún más a las personas con problemas de salud mental y, en muchos casos, desvía la atención de la búsqueda de soluciones prácticas al problema.
Sin embargo, cualesquiera que sean sus experiencias con la violencia con armas, hay formas de afrontar el trauma, manejar sus miedos, recuperar su equilibrio emocional y seguir adelante con su vida.
Los tiroteos no afectan a todas las comunidades por igual. Las personas que viven en zonas de bajos ingresos tienen más probabilidades de sufrir heridas de bala, y las minorías tienen un riesgo desproporcionado de sufrir tanto tiroteos mortales como no mortales. Las desigualdades y la discriminación en otros ámbitos de la sociedad, como la vivienda, la atención médica y la educación, pueden ser factores que contribuyan.
El trauma que rodea a los tiroteos puede tener efectos nocivos en las mentes en desarrollo. Las investigaciones muestran que la exposición a la violencia con armas aumenta los niveles de retraimiento e ira en los niños. También puede insensibilizarlos a la violencia y prepararlos para que ellos mismos se vuelvan violentos. Los niños no necesitan ver la violencia con sus propios ojos. Basta con oír hablar de ella en los medios de comunicación para destruir su sensación de seguridad y afectar a su salud mental.
Un estudio de 2021 reveló que los niños y adolescentes que vivían a pocas cuadras de un tiroteo tenían más probabilidades de acudir a la sala de emergencias por motivos de salud mental tras el incidente. Se informaron síntomas como ataques de pánico y pensamientos suicidas, y la exposición a múltiples tiroteos aumentaba las probabilidades de acudir al hospital.
La exposición a la violencia con armas puede crear un efecto dominó que siga afectando a los niños durante toda su vida. Un estudio realizado en 2020 reveló que vivir cerca de incidentes de tiroteo tenía un efecto negativo en el rendimiento académico de los niños. También sufrían mayores tasas de abandono escolar, depresión y dificultades de aprendizaje.
Aunque todo esto puede parecer abrumador, no tiene por qué sentirse impotente. Si bien reducir la violencia con armas requiere un esfuerzo comunitario, hay muchas medidas que puede tomar para proteger su salud mental después de que se producen eventos traumáticos. También puede ayudar a sus hijos y otros seres queridos a controlar el estrés y las emociones difíciles tras un suceso violento.
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Realice la evaluación HelpGuide es un apoyo para el usuario. Ganamos una comisión si se registra en los servicios de BetterHelp después de hacer clic en este sitio. Obtenga más informaciónLos eventos de alto estrés afectan tanto a la mente como al cuerpo. Pero no todos reaccionan a los eventos traumáticos de la misma manera, por lo que hay muchas señales a tener en cuenta.
Aunque no haya estado directamente expuesto a un incidente de violencia con armas, es posible que experimente algunos síntomas de estrés traumático. Por ejemplo, si alguien que conoce resultó afectado o si vio noticias explícitas sobre una tragedia.
Después de un evento traumático, su cuerpo puede entrar en un estado de hipervigilancia y ansiedad, con síntomas como opresión en el pecho, mareo y respiración acelerada. También puede experimentar sudores fríos, temblores y dolores. Otros síntomas físicos incluyen:
Pensamientos desenfocados. Puede ser difícil concentrarse cuando sus pensamientos se aceleran o se concentran en un evento traumático. Puede sentir como si buscara constantemente peligros ocultos a su alrededor.
Cambios en el apetito. Puede comer en exceso o perder el apetito, lo que puede tener un efecto negativo en sus niveles de energía y estado de ánimo.
Cambios en los patrones de sueño. La ansiedad, las pesadillas y los recuerdos recurrentes involuntarios pueden afectar la calidad de su sueño y provocar dormir en exceso o fatiga durante el día.
Los síntomas emocionales del trauma pueden abarcar todo tipo de sentimientos, desde insensibilidad hasta desesperación y furia. No hay una forma correcta o incorrecta en que debería sentirse. También puede sentir:
Incredulidad. Es posible que esté tan conmocionado por la violencia con armas que niegue el horror de lo ocurrido.
Miedo persistente. Es posible que se sobresalte con facilidad cuando oiga ruidos fuertes o sienta ansiedad paralizante cuando se encuentre en un lugar que le recuerde el evento violento.
Aflicción. Muchas personas sienten una profunda tristeza tras un tiroteo, sobre todo si se perdieron vidas. Sin embargo, también puede sentir desesperación porque las medidas de seguridad fallaron o de que alguien intentara cometer semejante atrocidad.
Impotencia. Puede sentirse inseguro e incapaz de protegerse a sí mismo o a sus seres queridos de futuros actos de violencia. Incluso puede querer alejarse de la sociedad o tomar medidas drásticas para proteger a sus amigos y familiares de posibles amenazas.
Ira. Puede sentirse enojado con el agresor, los políticos por no proporcionar suficiente protección a los ciudadanos o un poder superior por no intervenir.
Vergüenza o culpa. No dejar de pensar en cómo hubiera podido detener al tirador o culparse por lo ocurrido son reacciones comunes ante la violencia con armas. Algunas personas incluso experimentan el sentimiento de culpa del superviviente, es decir, se sienten culpables por haber sobrevivido a un evento que acabó con la vida de otras personas.
Al igual que los adultos, los niños pueden responder al estrés traumático de diversas maneras. Mientras que las señales pueden ser difíciles de detectar en niños muy pequeños que no tienen edad suficiente para hablar, los adolescentes pueden reaccionar al estrés agrediendo a los demás. En niños de cualquier edad, los sentimientos de angustia pueden aparecer y desaparecer en oleadas aparentemente impredecibles.
Los bebés pueden llorar y gritar, y ser más difíciles de calmar. O pueden parecer más retraídos de lo habitual y paralizarse en determinadas situaciones. También es posible que note cambios en sus hábitos de sueño o alimentación. Los niños pequeños pueden retroceder a hábitos como chuparse el dedo o mojar la cama.
Si su hijo tiene edad suficiente para hablar, puede tener pesadillas o molestias físicas, como dolores frecuentes de estómago y cabeza. Puede tener problemas con las tareas escolares, parecer más malhumorado de lo habitual o alejarse de sus amigos, familia y pasatiempos.
Si bien estos síntomas también pueden darse en los adolescentes, en ellos además pueden venir acompañados de abuso del alcohol y drogas, así como de un comportamiento disruptivo en casa o la escuela. Incluso pueden tener pensamientos suicidas.
[Lea: Atención al trauma en niños y adolescentes]
Para personas de cualquier edad, la violencia con armas puede provocar heridas psicológicas y emocionales que tarden en curarse. Sin embargo, las siguientes estrategias pueden ayudarle a usted y sus seres queridos a afrontar el estrés traumático y a recuperar una sensación de paz y normalidad en su vida.
El trauma de estar expuesto a la violencia con armas puede evocar todo tipo de emociones desagradables y sorprendentes. Por ejemplo, puede sentir un fuerte sentimiento de ira hacia el tirador o la sociedad, o sentir culpa y vergüenza por no haber hecho más por ayudar. Incluso puede sentirse insensible ante los eventos.
Tome en cuenta que todas estas reacciones son normales y que aceptarlas forma parte del proceso de sanación.
Sea paciente consigo mismo. No todas las personas se reponen al mismo ritmo. No intente acelerar el proceso ni se culpe si los síntomas parecen persistir. Si perdió a alguien por violencia con armas, reconozca que el duelo puede ser un proceso largo. Dese tiempo y espacio para vivir el duelo.
[Lea: Cómo afrontar el duelo y la pérdida]
Conecte con sus emociones. En lugar de reprimir esos sentimientos, reconózcalos sin juzgarlos por estar presentes o ser poderosos. El Kit de herramientas de inteligencia emocional de HelpGuide puede ayudarle a aprender a manejar incluso las emociones más angustiosas.
Encuentre formas saludables de desahogarse. Si sus emociones son abrumadoras, busque formas saludables de expresarlas. Considere abrirse con un amigo o familiar de confianza o hablar con un terapeuta. O, si no está preparado para compartir sus sentimientos con otra persona, intente escribir sus pensamientos en un diario.
Tanto si la experimentó en primera persona como si presenció la cobertura ininterrumpida de los medios, la exposición a la violencia con armas puede hacerle sentir impotente, al creer que no hay nada que pueda hacer para mantenerse seguro o mantener seguros a sus seres queridos. Pero hay acciones positivas que puede realizar para recuperar la sensación de control:
Infórmese sobre el problema. Intente comprender a fondo las causas de los tiroteos y las posibles soluciones. ¿Qué factores avivan el problema? ¿Cómo proponen abordar el problema los distintos expertos? ¿Qué ha ayudado históricamente a frenar la violencia? ¿Qué medidas han fracasado? Las leyes sobre armas varían por lugar, así que también familiarícese con las regulaciones locales.
Busque formas de involucrarse. Presione a los políticos o las organizaciones para que tomen medidas para abordar el problema. Colabore con grupos comunitarios o políticos locales, exprese sus opiniones en línea y esté dispuesto a mantener conversaciones productivas.
Cuando el mundo parece violento e impredecible, es posible que crea que lo mejor es aislarse de otras personas y de espacios públicos. De hecho, las entrevistas con supervivientes de la violencia con armas revelan que el aislamiento por miedo al entorno es un problema común.
Las interacciones sociales positivas inundan el cerebro de hormonas que calman el sistema nervioso y mejoran su estado de ánimo. Por lo tanto, en lugar de aislarse de los demás, es mucho más probable que encuentre consuelo si acepta y amplía su red social.
Conecte con supervivientes. Recuerde que no es el único que está sobrellevando los efectos en la salud mental de la violencia con armas. Póngase en contacto con otras personas que compartan sus preocupaciones o están de luto por la pérdida de seres queridos. Tras una tragedia en su área local, asista a ceremonias conmemorativas y busque formas de ofrecerse como voluntario para ayudar a los necesitados. Forjar un sentido de comunidad más fuerte y animarse mutuamente puede ser una experiencia fortalecedora.
Disfrute de salidas agradables. No todas sus interacciones tienen que girar en torno a las armas o el trauma. Disfrute de situaciones sociales que le lleven hacia las muchas alegrías de la vida: cualquier cosa, desde noches de juegos de mesa con familiares hasta viajes con amigos. Es posible que incluso se sienta motivado para hacer nuevas conexiones a través de unirse a grupos locales dedicados a sus pasatiempos favoritos.
El ejercicio puede no ser lo primero en lo que piense después de una tragedia, pero mantenerse físicamente activo puede ayudarle a controlar el estrés y mejorar su estado de ánimo. El ejercicio reduce las hormonas del estrés y estimula la producción de sustancias químicas en el cuerpo que le hacen sentirse bien. Algunos estudios demuestran que, además de reducir los síntomas de la depresión y la ansiedad, el ejercicio aeróbico puede ser útil para tratar los síntomas del TEPT.
[Lea: Los beneficios del ejercicio físico para la salud mental]
Sea consciente. Utilice sus sentidos para conectarse con el momento mientras hace ejercicio. Si está nadando, concéntrese en la sensación del agua contra su piel. Si está haciendo yoga, concéntrese en el ritmo de su respiración. Esta atención plena adicional puede ayudarle a reducir aún más el estrés.
Haga lo que le gusta. No necesita empezar a ir al gimnasio. Dar un paseo en la calle, bailar en su habitación o practicar un deporte con amigos son formas de hacer ejercicio. Intente hacer al menos 150 minutos de ejercicio moderado o 75 minutos de ejercicio intenso cada semana. Pero no todo tiene que ser en una sola sesión. Un poco de actividad física aquí y allá puede hacer una gran diferencia en su estado de ánimo y actitud.
Agregue elementos que aumenten su energía. Si se siente desmotivado, intente poner una canción animada antes de hacer ejercicio. También puede invitar a amigos a que le acompañen en sus entrenamientos.
Aunque debería esperar cierto grado de estrés en la vida, demasiado puede tener graves consecuencias físicas y mentales. Adopte formas saludables de controlar el estrés a corto y largo plazo.
Cuando experimente un pico repentino de estrés, por ejemplo, después de ver algo que le recuerda un tiroteo traumático, las técnicas de conexión con el presente pueden ofrecerle cierto alivio. Utilice sus sentidos para concentrarse en su entorno. Disfrute el sabor de una bebida, explore la sensación de la tela de su camisa o preste atención a los sonidos del entorno. Esto le permitirá centrarse en el momento presente y alejarse de los pensamientos angustiosos.
Además de controlar el estrés en el momento, puede utilizar estas estrategias para aliviar sus niveles generales de ansiedad:
Explore técnicas de relajación. Para aprovechar la respuesta natural de relajación de su cuerpo, practique con regularidad ejercicios de respiración profunda, meditación o automasaje. Si quiere probar algo un poco más activo, el yoga y el taichí son buenas opciones.
[Lea: Técnicas de relajación para aliviar el estrés]
Reduzca su exposición a los medios de comunicación con violencia. Las noticias, las publicaciones en redes sociales y los programas de televisión que le recuerdan la violencia con armas pueden aumentar su ansiedad con el tiempo. Sea consciente de cómo se siente después de consumir los contenidos. Si se siente angustiado o abrumado, pase menos tiempo delante de la pantalla y busque actividades más atractivas.
Dedique tiempo a lo que disfruta. A veces, la mejor forma de desestresarse es simplemente dedicarse a actividades que le hacen sentir bien. Lea su libro favorito, vea un programa de televisión que le gusta o consiéntase con un paseo relajante por el parque.
La ansiedad que rodea a la violencia con armas puede alterar el ciclo del sueño de diversas maneras, desde pesadillas hasta dificultades para conciliar el sueño. Después, esta falta de sueño puede alimentar estados de ánimo negativos e incluso contribuir a trastornos del estado de ánimo como la depresión y la ansiedad. Utilice los siguientes consejos para volver a tener mejores hábitos de sueño:
Intente mantener un horario de dormir constante. Si no durmió lo suficiente la noche anterior, intente tomarse una siesta en algún momento del día en lugar de levantarse más tarde, ya que esto puede interferir con su reloj biológico.
Desarrolle una rutina nocturna tranquilizadora. No consuma contenido angustioso de los medios de comunicación antes de acostarse. En su lugar, tome un baño caliente, lea algunos capítulos de un libro o practique una técnica de relajación. Esto preparará su mente y cuerpo para el descanso.
Comprenda cómo afectan al sueño los alimentos, las bebidas y otras sustancias. Cosas como el azúcar, los carbohidratos refinados, la cafeína y el alcohol pueden reducir la calidad del sueño.
A menudo es difícil para los adultos procesar la violencia con armas. Hablar de esto con sus niños y adolescentes puede parecer una tarea abrumadora. Sin embargo, su apoyo puede ser fundamental para ayudar a un niño a superar el estrés traumático y desarrollar resiliencia.
[Lea: Cómo ayudar a los niños a afrontar eventos traumáticos]
Sepa que usted es un modelo a seguir. En momentos de crisis y trauma, su hijo o adolescente lo observa en busca de orientación. Tómese tiempo para calmar su propia ansiedad y luego hable con sus hijos cuando se sienta más tranquilo. El objetivo no es reprimir sus sentimientos, sino evitar arrebatos que puedan hacer que su hijo se sienta inseguro o más asustado de lo que ya está.
Adapte su mensaje de una manera apropiada para su edad. Es posible que los adolescentes prefieran oír hechos concretos, como información sobre la seguridad de las armas y los motivos de la violencia. Sin embargo, puede ser más difícil hablar del tema con niños pequeños. Hágale saber que las armas son herramientas para los adultos, y que algunos adultos hacen mal uso de esas herramientas. Pero también deje claro que hay gente buena en el mundo que intenta detener la violencia.
Anímele a expresar sus preocupaciones y sentimientos. Pregúntele a su hijo cómo se está sintiendo después de un evento potencialmente traumático. Escuche su versión de la situación, responda a cualquier pregunta que pueda tener y aclare cualquier idea equivocada. Por ejemplo, si parece que se culpa a sí mismo por la violencia, hágale saber que no fue su culpa. Dígale a su hijo que está bien llorar y reconocer las emociones negativas.
Ofrezca tranquilidad. Hable sobre la seguridad en su casa y la escuela, si le preocupa. Ofrezca consuelo físico abrazándolo o tomándolo de la mano. Mantener ciertas rutinas, como comer juntos con regularidad, también puede fomentar el consuelo y la estabilidad.
Ayúdele a encontrar una sensación de normalidad. Si su hijo parece obsesionado por la violencia que presenció, como al repetir las escenas en la televisión, aléjelo suavemente del tema. Pase tiempo de calidad con los niños pequeños, leyendo libros o jugando. Anime a los adolescentes a pasar tiempo con sus amigos y a disfrutar sus pasatiempos. Haga planes emocionantes con ellos, como viajes familiares, para reforzar la idea de que el futuro no siempre es impredecible y aterrador.
Sea paciente en su duelo. Cuando se trate de una pérdida, dele tiempo para vivir el duelo a su hijo. Una pérdida no significa necesariamente la muerte de un amigo o un ser querido. También puede lamentar la pérdida de una sensación de seguridad. Descubrir que otras personas pueden cometer actos de violencia puede ser un descubrimiento alarmante para los niños pequeños.
Después de un evento traumático, los sentimientos como la conmoción, la ira y la culpa tienden a desaparecer con el tiempo. Sin embargo, a veces las personas desarrollan un TEPT. Esto ocurre cuando se siguen experimentando síntomas, como pensamientos intrusivos, trastornos del sueño o recuerdos recurrentes involuntarios, mucho después de que terminó el incidente.
Si reconoce que los síntomas del TEPT interfieren en su funcionamiento diario, es importante que busque ayuda profesional. Lea: Alivio del estrés postraumático (TEPT).
Cuando está lidiando con estrés traumático, puede preguntarse si alguna vez recuperará la sensación de control sobre su vida. Y si un ser querido está afectado, es posible que le preocupe que siempre se sienta «atrapado» en ese momento traumático de violencia con armas. Tenga por seguro que con la atención y los recursos adecuados, las cosas mejorarán. Usted y sus seres queridos pueden curarse de sus heridas emocionales y reconstruir su sensación de seguridad y confianza en el mundo.
Última actualización o revisión el agosto 2, 2024Millones de lectores confían en HelpGuide.org para obtener recursos gratuitos basados en evidencia para comprender y afrontar los desafíos de la salud mental. Haga su donación hoy para ayudarnos a salvar, apoyar y cambiar vidas.
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