¿Qué es la humillación corporal?
La humillación corporal consiste en humillar a alguien haciendo comentarios inapropiados o negativos sobre el tamaño o la forma de su cuerpo. Similar a lo que sucede con la “humillación por gordura”, también puedes escuchar comentarios negativos si tienes un peso inferior al normal o en relación con una parte concreta de tu cuerpo.
Este tipo de crítica puede hacerse a los demás o a ti mismo. Es posible que te sientas inconforme con tu peso o con el aspecto de tu cuerpo y te juzgues duramente. Es posible que incluso tengas un discurso negativo sobre ti mismo, como “Hoy me siento demasiado gordo” o “Tengo que dejar de atascarme de comida”.
La humillación corporal puede llevarse a cabo en persona o a distancia por medio de Internet y de las redes sociales, y pueden hacerlo tus padres, hermanos, amigos o personas a las que ni siquiera eres cercano.
Incluso en broma, los comentarios sobre lo que comes o la cantidad de comida que consumes constituyen humillación corporal. Dar consejos a alguien sobre dietas o celebrar la pérdida de peso también se considera humillación corporal, sea intencionada o no. A menudo, tus amigos y familiares no quieren herir tus sentimientos, pero sus comentarios pueden ser de naturaleza crítica. Es posible que no se den cuenta del efecto negativo que pueden tener preguntas como “¿Adelgazaste?” o “¿De verdad necesitas comer todo eso?”.
Aunque nadie es inmune a la presión social para verse de determinada forma, los comentarios sobre tu cuerpo sobran en cualquier contexto. Tanto si la humillación corporal viene de ti o de otros, hay formas de superar el problema, fomentar la positividad corporal y aprender a mirarte a ti mismo de una forma más compasiva y realista.
Las redes sociales y la humillación corporal
Las redes sociales a menudo enfatizan el aspecto físico y facilitan la publicación de comentarios hirientes sobre los demás. El mensaje general suele ser que debes esforzarte por tener el cuerpo perfecto y encontrar formas de ocultar tus defectos. Esto puede tener un gran impacto en tu imagen corporal.
La humillación corporal en las plataformas digitales está relacionada con el ciberacoso, pero hay formas de luchar contra quienes practican la humillación corporal por Internet, superar el dolor y la angustia que provocan, y recuperar tu sentido de la autoestima.
Ver Ciberacoso: Cómo enfrentarse a los acosadores por Internet.
Causas de la humillación corporal
En nuestra cultura de la “selfi” se enfatiza la belleza exterior y somos bombardeados constantemente con imágenes de famosos glamurosos en revistas, anuncios, programas de televisión y otros tipos de medios de comunicación.
Lo que ves cada día en TikTok, Facebook e Instagram puede, con justa razón, hacerte sentir envidia de los demás o enfocar tu atención en tu aspecto físico y en cualquier defecto percibido. Es posible que luches por estar a la altura de estos estándares y que experimentes sentimientos y opiniones negativos sobre ti mismo. Esto puede volverse destructivo cuando disminuye tu autoestima y tu imagen corporal.
Una fijación en tu aspecto puede generar expectativas poco realistas que son imposibles de alcanzar. Aunque sepas que estas imágenes idealizadas han sido alteradas o mejoradas digitalmente, es fácil caer en la trampa de compararlas desfavorablemente contigo mismo o con los demás.
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Humillación corporal en adolescentes
Los adolescentes son especialmente vulnerables a la humillación corporal, la humillación por el peso y la humillación por el aspecto físico. Durante la adolescencia, tu familia, tus compañeros y las redes sociales influyen considerablemente en tus actitudes y creencias sobre la imagen corporal y la autoestima. Por ejemplo, las madres pueden ser muchas veces modelos para sus hijas. Si tu madre está continuamente quejándose de su propia figura o peso, o señalando problemas en tu aspecto o en tu forma de comer, es normal que eso repercuta en la imagen que tienes de tu propia persona.
A medida que te desarrollas durante la adolescencia, es normal ser muy sensible a los comentarios sobre la forma del cuerpo, el peso y la apariencia. El acoso relacionado con el peso durante la adolescencia contribuye a la percepción negativa del cuerpo y a la preocupación por partes específicas del cuerpo. Los adolescentes con sobrepeso son especialmente vulnerables y muchas veces esto puede llevarlos a la depresión.
Quizá pienses que sólo las adolescentes son víctimas de la humillación corporal, pero los chicos también pueden verse afectados. Pueden estar especialmente preocupados por no ser lo bastante musculosos en relación con el concepto popular de masculinidad.
Efectos de la humillación corporal
Incluso las supermodelos y las primeras bailarinas tienen inseguridades e imperfecciones, pero aun así tendemos a percibirlas como las máximas representaciones de la belleza. Si no estás a la altura de estos estándares, es posible que te sientas como una persona inadecuada e indigna. Experimentar humillación corporal por parte de otros y tomarse a pecho sus comentarios negativos puede llevarte a tener comportamientos poco saludables y problemas de salud mental, como los siguientes:
Trastornos alimenticios
Tener una imagen corporal negativa es uno de los principales factores para desarrollar una alimentación desordenada o un trastorno alimenticio, como la anorexia, la bulimia o los atracones.
Puedes empezar una dieta que implique una alimentación restrictiva en un intento de cambiar la forma o el tamaño de tu cuerpo. Pero esas dietas pueden derivar en comportamientos dañinos, como saltarse comidas, ayunar, vomitar después de comer, hacer ejercicio en exceso o abusar de los laxantes. Con el tiempo, acabas privando a tu cuerpo y a tu cerebro de nutrientes esenciales que son necesarios para una salud óptima.
Comentarios de humillación corporal como “¿Bajaste de peso? Te ves mucho mejor”, pueden ser desencadenantes y crear más hábitos de trastornos alimenticios en un intento de mantener el peso o perder incluso más.
Trastorno dismórfico corporal (TDC)
Experimentar humillación corporal puede modificar tu autoimagen y hacerte sentir extremadamente acomplejado. Esto puede escalar hasta convertirse en un trastorno dismórfico corporal, en el que te obsesionas con un defecto percibido de tu apariencia que puede crear conductas de evitación repetidas.
Tu vida diaria puede verse consumida por la preocupación por un pequeño defecto o por uno que no sea evidente para los demás. Es posible que te mires constantemente en el espejo o que evites los espejos por completo, que ocultes partes de tu cuerpo que no te gustan, que te rasques la piel o que preguntes con frecuencia a los demás si te ves bien.
Avergonzarte constantemente de tu cuerpo también puede perjudicar tu rendimiento escolar e interferir en tus relaciones con tus compañeros, profesores y familiares. El miedo a ser juzgado por los demás puede hacer que limites o evites las actividades sociales.
[Lee: Trastorno dismórfico corporal (TDC)]
Los síntomas graves del TDC pueden hacer que dejes los estudios porque eres incapaz de lidiar con el constante nivel de angustia. Es posible que incluso desarrolles depresión o pensamientos y comportamientos suicidas.
Ejercicio en exceso
Mantenerte físicamente activo usualmente es una de las mejores cosas que puedes hacer por tu salud y bienestar. Sin embargo, si se convierte en una adicción y haces ejercicio compulsivamente, puede ocasionar fatiga persistente, lesiones y propensión a las enfermedades, además de que puede desencadenar ansiedad, depresión o irritabilidad.
Si haces ejercicio compulsivamente, también puedes empezar a alejarte de las situaciones sociales, ya que el ejercicio se convierte en tu principal objetivo. El ejercicio excesivo puede evolucionar en un síndrome denominado deficiencia energética relativa en el deporte (DER o RED-S, por sus siglas en inglés), que se produce cuando tu ingesta calórica no es suficiente para la cantidad de energía que gastas para mantener un funcionamiento saludable.
Ansiedad y depresión
La humillación corporal puede desencadenar o empeorar los síntomas de la ansiedad y la depresión ya presentes. Si sufres de humillación corporal en público o en las redes sociales, es posible que intentes evitar ir a la escuela u otras situaciones en las que la humillación podría ocurrir. Es posible que te alejes de los demás y te sientas aislado y solo.
Escuchar comentarios críticos sobre tu aspecto también puede ser humillante, aumentar tus inseguridades y dañar tu autoestima. En consecuencia, puedes tener un diálogo interno negativo al interiorizar estos sentimientos de inutilidad. Es posible que te digas cosas como “Soy una mala persona” o “No valgo nada”. Esto puede ocasionar soledad extrema, depresión, ansiedad y una percepción corporal negativa.
Problemas de salud física
En particular, la humillación por gordura está muy extendida en nuestra sociedad, ya que la obesidad se asocia con ser flojo, poco atractivo y carecer de fuerza de voluntad para bajar de peso. En un estudio, más del 70% de los adolescentes declararon haber sido acosados por su peso en los últimos años. Esto puede ser perjudicial para tu salud tanto física como psicológica.
En lugar de ser un factor motivador para bajar de peso, la humillación por gordura tiene en realidad el efecto contrario. El estrés se ha relacionado con una reducción de la actividad física y el consumo de más calorías.
[Leer: Obesidad infantil y problemas de peso]
Ser objeto de prejuicios y discriminación por el peso también puede afectar a tu metabolismo, provocar un aumento de peso aún mayor e incrementar tus probabilidades de ser obeso. Esto, a su vez, puede elevar los factores de riesgo de hipertensión, colesterol alto, enfermedades cardiacas, diabetes de tipo 2 y otros problemas de salud física.
Cómo convertir la humillación corporal en positividad corporal
En los últimos años, ha habido un esfuerzo por invertir el énfasis en la humillación corporal y promover más amor y aceptación de nuestro aspecto físico. Las redes sociales han utilizado hashtags de positividad corporal para ganar más seguidores y ayudar a abordar los prejuicios basados en la apariencia que nos han inculcado.
Por supuesto, llevará tiempo cambiar los antiguos ideales de belleza. Todos hemos interiorizado estos mensajes de distintas maneras, según nuestras creencias y normas culturales. Como dice el refrán, “la belleza está en el ojo de quien la mira”, y esto también es cierto en lo que respecta a nuestras opiniones sobre las distintas formas y tamaños de los cuerpos.
Cómo fomentar la positividad corporal
La positividad corporal es un viaje continuo hacia la aceptación de uno mismo y de los demás. Se necesita paciencia y práctica para modificar creencias culturales arraigadas y aprender a tener autocompasión. No puedes controlar lo que dicen o hacen los demás, pero puedes cambiar tu pensamiento extremista y empezar a verte como una persona completa.
Tomar estas medidas básicas puede ayudarte a superar la humillación corporal y a fomentar la positividad corporal:
- Cultiva el amor propio.
- Sustituye el diálogo interno negativo.
- Gestiona el tiempo que pasas en las redes sociales.
- Hazte amigo de la comida.
- Pídele ayuda a alguien en quien confíes para que te oriente y te apoye.
Consejo 1 para convertir la humillación corporal en positividad corporal: cultiva el amor propio
Las primeras medidas para protegerte de la humillación corporal son dejar de humillarte a ti mismo y desarrollar la autocompasión. Recuerda que tu estado de salud tiene prioridad sobre tu aspecto físico, y esa debe ser siempre tu principal preocupación.
No te escondas ni te aísles de los demás. Todos tenemos días en los que no nos vemos ni nos sentimos de la mejor manera, pero no dejes que esto destruya tu autoestima o tu sentido del valor. Tómate un momento y piensa en el diálogo interno crítico que te estás imponiendo. ¿Es esto realmente una representación exacta de quién eres? Dite “No” a ti mismo cuando te mires al espejo y sientas desagrado por tu cara o tu cuerpo.
Trátate con amabilidad y comprensión, como tratarías a tu mejor amigo. Cuidarte no es un acto egoísta; es necesario para tu bienestar personal. Haz ejercicio, ingiere alimentos sanos, disfruta de la compañía de personas que se preocupan por ti y pasa algo de tiempo al aire libre para descansar tu cuerpo y tu mente.
Maneja el estrés. Sufrir humillación corporal puede ser muy estresante. Todas las técnicas de relajación, como el ejercicio, la meditación y los ejercicios de respiración profunda, son buenas formas de aumentar la resiliencia y evitar que te sientas abrumado por las experiencias negativas.
[Lee: Manejo del estrés]
Acepta el poder de tu cuerpo. Todos los días, nuestro cuerpo nos ayuda funcionando eficazmente y manteniéndonos sanos. En lugar de disgustarte por tu aspecto físico, expresa gratitud por este “recipiente sagrado” en el que habitas. Presta atención a las cosas sencillas que muchas veces das por sentadas, como la respiración, el bombeo de sangre al corazón y tus milagrosos sentidos. Lo más importante que puedes hacer es esforzarte por tener un cuerpo sano, lo cual es independiente de lo que sientes sobre tu peso y tu deseo de perfección.
Consejo 2: sustituye el diálogo interno negativo
Aunque no puedes controlar lo que los demás dicen de ti, sí tienes el poder de enfocarte en tus propios aspectos positivos, en lugar de obsesionarte con los defectos percibidos. Aprender a aceptar tus propias imperfecciones acabará liberándote de emitir juicios injustos sobre ti mismo o sobre los demás.
Sustituir el diálogo interno negativo por pensamientos y afirmaciones positivos puede ser útil para que te sientas mejor contigo mismo y con tu cuerpo.
Dirige tu atención hacia las cosas que te gustan de ti mismo. Por ejemplo, si tienes el cabello o los ojos bonitos, esto es tan importante como los rasgos que no te gustan o que los demás intentan ridiculizar. La próxima vez que te mires al espejo, observa estos aspectos positivos.
En lugar de repetirte mensajes negativos, acéptate sin criticarte. Puedes decirte a ti mismo “Acepto mi cuerpo tal como es” o “Mi cuerpo es fuerte y sano”.
Siéntete orgulloso de tu individualidad. Tu valor como ser humano vale mucho más que tu cuerpo físico. Recordar las cualidades positivas que aportas al mundo es la base para lograr la aceptación corporal.
Empieza por buscar la neutralidad corporal. Si aún no estás preparado para aceptar la positividad corporal, trabaja para lograr la neutralidad corporal. Esto significa que aceptas y respetas tu cuerpo, sin tener que amarlo ni odiarlo. Cuando practicas la neutralidad corporal, pones el énfasis en lo que tu cuerpo puede hacer, en lugar de en cómo se ve. Por ejemplo, puedes recordarte a ti mismo “Mis piernas me permiten caminar y correr largas distancias”.
No humilles a otras personas por su cuerpo
Las investigaciones demuestran que, cuando fomentas la positividad corporal entre los demás, también te sientes más positivo respecto a tu propio cuerpo. Rodéate de personas que sean amables y traten a los demás con respeto. Evita a los acosadores que practican la humillación corporal y hablan de los defectos de los demás.
Establece límites con tu círculo de amigos y deja claro que no tolerarás comentarios sobre tu cuerpo o tu peso. También puedes poner el ejemplo defendiendo a otros que sean objeto de la humillación corporal.
Consejo 3: gestiona el tiempo que pasas en las redes sociales.
Pasar demasiado tiempo en las redes sociales puede aumentar tu ansiedad, soledad e insatisfacción corporal; reforzar las expectativas poco realistas que tienes de ti mismo, y exponerte a la humillación corporal y al ciberacoso.
[Lee: Las redes sociales y la salud mental]
Si reduces tu tiempo en las redes sociales, podrás participar en otras actividades que mejoren tu estado de ánimo y aprovechar tu potencial creativo. Intenta lo siguiente:
Conecta con otros en persona. Limitar o alejarte de las redes sociales puede darte la oportunidad de conectar en persona y mejorar la calidad de tus interacciones sociales. Comunicarse cara a cara es el antídoto natural contra el estrés y puede ser mucho más gratificante que enviar mensajes escritos.
Haz actividades físicas, como caminar, correr, nadar, bailar y otros deportes divertidos. Estar activo es importante para tu salud y bienestar generales, además de que puede ayudarte a aumentar tu confianza, autoestima y sensación de logro.
Practica la conciencia plena por medio del yoga, la meditación, la respiración profunda o escribiendo un diario.
Consejo 4: hazte amigo de la comida.
Si te avergüenzas de tu peso, es fácil que desarrolles una actitud poco sana hacia la comida. La alimentación consciente puede ayudarte a recordar que la comida no es el enemigo y que, sin importar tu peso, puedes seguir disfrutando de ella.
Para hacerte amigo de la comida y comer de manera más consciente:
- Ignora todas las distracciones mientras comes, como teléfonos, televisión y otros tipos de actividades, para enriquecer esta agradable experiencia.
- Enfocándote en el momento presente y aceptando tus pensamientos y sentimientos, puedes saborear cada bocado, comer despacio y responder a las necesidades de tu cuerpo.
- Planificar comidas nutritivas con anticipación o probar nuevas recetas son otras excelentes formas de desarrollar una amistad con la comida.
Consejo 5: pide ayuda a alguien de confianza
Es posible que te avergüence contarle a alguien sobre la humillación corporal que estás experimentando, pero no hay razón para que tengas que manejar esto tú solo. Acude a otras personas en busca de orientación y apoyo y cuéntales lo que has estado experimentando.
Es crucial encontrar a alguien en quien confíes y con quien te sientas cómodo compartiendo tus sentimientos. Tener un medio seguro de expresar tus emociones puede ayudarte a lidiar con la angustia y la vergüenza ocasionadas por ser víctima de la humillación corporal.
Si necesitas ayuda adicional en el proceso de recuperación, no dudes en agendar una cita con un consejero o terapeuta de salud mental autorizado. Esta persona puede aconsejarte de manera imparcial para ayudarte a sentirte más empoderado y a sanar de los efectos de la humillación corporal.
Cómo ayudar a un ser querido que está viviendo humillación corporal
Si un amigo o un ser querido está siendo humillado por otros, tu compasión y comprensión pueden ser invaluables.
Hazle saber que te preocupa y lo mucho que te importa. Puedes decir “Me preocupa que siempre hables de tu peso” o “Me pone triste que hables mal de tu aspecto físico”.
Sé paciente y escucha sus preocupaciones. No supongas que sabes lo que necesita tu ser querido, pregúntale cuál es la mejor manera en que puedes apoyarlo. Es posible que solo quiera un hombro para llorar, alguien que escuche sus preocupaciones sin juzgarlo.
Intenta desviar la atención del cuerpo de tu ser querido hacia alguna otra cosa que admires de él. Por ejemplo, puedes recordarle su maravilloso sentido del humor, lo inteligente que es, su espíritu aventurero o mencionar un talento específico que tenga.
Si su hijo ha sufrido humillación corporal
Puede ser extremadamente doloroso enterarse de que su niño o adolescente ha sufrido humillación corporal. Pero como cualquier comportamiento de acoso o ciberacoso, hay medidas que puede tomar para afrontar el problema o incluso ayudar a prevenirlo antes de que empiece.
Eduque a su hijo sobre la humillación corporal. Dígale que la gente a veces puede ser cruel con los demás y que debe valorarse y respetarse tanto a sí mismo como a las demás personas. Recuérdele que la humillación corporal en cualquiera de sus formas es inaceptable.
Hable con los profesores de su hijo o con los administradores escolares si el problema se suscita en la escuela.
Anime a su hijo a buscar nuevos amigos si los actuales humillan su cuerpo. Inscribirse en equipos deportivos, clubes juveniles y actividades extracurriculares son formas muy buenas de que su hijo amplíe su círculo social.
Sea un buen modelo de conducta. Hable positivamente de su propio cuerpo y absténgase de decir algo negativo sobre su propio aspecto. Intente utilizar un lenguaje positivo o neutro con respecto al cuerpo para dar un ejemplo saludable.
Reduzca el tiempo que su hijo pasa en las redes sociales. Tenga presente lo que su hijo publica y lee en las redes sociales. Cuanto más sepa sobre la vida de su hijo en Internet, más rápido podrá identificar y atender cualquier problema de humillación corporal.
Reconforte a su hijo. Dígale a su hijo que lo quiere incondicionalmente tanto por su belleza interior como exterior. Absténgase de criticar o de burlarse de un niño o adolescente por su aspecto, aunque sea broma.
Fomente un estilo de vida saludable que cuide el cuerpo de su hijo, pero no mencione el aspecto físico, el peso y las dietas. Enfóquese mejor en lo que el cuerpo de su hijo es capaz de hacer. Recuérdele lo bien que su cuerpo le ayuda a correr, saltar, dibujar, tocar un instrumento musical o resolver rompecabezas.
Refuerce la autoestima y la resiliencia de su hijo mediante el ejercicio y actividades creativas. Involucrarlo en deportes de equipo, organizaciones de voluntariado o actividades de grupo puede ayudarle a desarrollar la confianza en sí mismo y mejorar sus habilidades sociales. La actividad física también puede ayudar a aliviar la ansiedad y el estrés y a mejorar el estado de ánimo de su hijo.
Líneas de ayuda y apoyo
Líneas de ayuda contra el acoso
Líneas de ayuda contra trastornos alimenticios
Última actualización o revisión el julio 3, 2024