Trastorno esquizoide de la personalidad
Síntomas, causas y tratamiento
¿Conoce a alguien que sea muy desconfiado y sospeche de los demás, cuya paranoia distorsione su visión del mundo? Así puede reconocer el PPD y ayudar a su ser querido a recibir tratamiento.
El trastorno paranoide de la personalidad (PPD) es una condición de salud mental complicada definida por una desconfianza y una sospecha tan intensas que interfieren en los patrones de pensamiento, el comportamiento y el funcionamiento diario. Una persona con PPD puede sentirse profundamente recelosa de los demás, siempre alerta para detectar señales de que alguien intenta amenazarla, maltratarla o engañarla. Por muy infundadas que sean sus creencias, puede cuestionar repetidamente la fidelidad, honestidad o confiabilidad de los demás. Cuando perciben que están siendo perseguidas, rechazadas o menospreciadas, es probable que estas personas respondan con arrebatos de ira, comportamientos controladores o desviando la culpa hacia los demás.
Las percepciones temerosas y desconfiadas que acompañan al PPD pueden dificultar mucho la formación y el mantenimiento de relaciones íntimas, lo que afecta la capacidad de la persona para desenvolverse en el hogar, el trabajo y la escuela. Si tiene un ser querido con trastorno paranoide de la personalidad, es posible que se sienta frustrado por su visión deformada del mundo, agotado por sus continuas acusaciones o abatido por su hostilidad y terquedad. Puede parecer que su ser querido es capaz de encontrar y exagerar los aspectos negativos de cualquier situación o conversación.
El tratamiento profesional puede ayudar a alguien con trastorno paranoide de la personalidad a manejar los síntomas y mejorar su funcionamiento diario. Pero debido a la propia naturaleza del trastorno, la mayoría de las personas con PPD no buscan ayuda. Por lo que a ellas respecta, sus temores están justificados y cualquier intento de cambiar su forma de pensar solo confirma sus sospechas de que las personas “pretenden dañarlas” de alguna manera.
Sin embargo, a pesar de los graves retos que supone tratar con alguien que tiene PPD, hay cosas que puede hacer. Existen medidas que puede tomar para animar a su ser querido a buscar ayuda, apoyar su tratamiento y establecer límites firmes para preservar su salud mental y su bienestar propios.
El PPD suele aparecer por primera vez en los primeros años de la edad adulta y es más común en hombres que en mujeres. Las investigaciones sugieren que puede ser más frecuente en las personas con antecedentes familiares de esquizofrenia. Una persona con trastorno paranoide de la personalidad no ve su comportamiento sospechoso como algo inusual o injustificado. En realidad, lo ve como una defensa contra las malas intenciones y las actividades engañosas y poco confiables de las personas que la rodean.
Los síntomas comunes del PPD incluyen:
A pesar de ser uno de los trastornos de la personalidad más comunes, el trastorno paranoide de la personalidad puede ser difícil de detectar hasta que los síntomas progresan de leves a más graves. Después de todo, la mayoría de nosotros nos hemos comportado de forma desconfiada, suspicaz u hostil en algún momento de nuestras vidas sin que ello justifique un diagnóstico de PPD.
Detectar los signos del trastorno paranoide de la personalidad puede complicarse aún más, ya que suele ocurrir junto con otro problema de salud mental, como un trastorno de ansiedad (a menudo ansiedad social), un trastorno obsesivo-compulsivo (TOC u OCD, por sus siglas en inglés), abuso de sustancias o depresión.
Para confirmar un diagnóstico de trastorno paranoide de la personalidad, un profesional de la salud mental buscará la presencia de al menos cuatro de los síntomas anteriores. También descartarán que la paranoia se deba a un episodio psicótico vinculado a otra afección, como el trastorno bipolar, la esquizofrenia o la depresión con psicosis.
Si reconoce los síntomas del trastorno paranoide de la personalidad en alguien que le importa, es importante que recuerde que no puede arreglarlos ni obligarlos a seguir un tratamiento. Sin embargo, puede animar a esta persona a buscar ayuda profesional y apoyarla en su recuperación.
El tratamiento del trastorno paranoide de la personalidad se enfoca en gran medida en la psicoterapia. Un terapeuta puede ayudar a su ser querido a adquirir habilidades para desarrollar la empatía y la confianza, mejorar la comunicación y las relaciones y afrontar mejor los síntomas de la PPD. Dado que la presencia de otras personas puede alimentar los pensamientos paranoides y el comportamiento ansioso, es más probable que su ser querido se beneficie de la terapia individual que de la de grupo.
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Realice la evaluación HelpGuide es un apoyo para el usuario. Ganamos una comisión si se registra en los servicios de BetterHelp después de hacer clic en este sitio. Obtenga más informaciónEl primer reto importante es que la persona con trastorno paranoide de la personalidad reconozca que hay algo desordenado en su forma de pensar y acepte por sí misma la necesidad de tratamiento. Intentar obligar a alguien con PPD a buscar ayuda muchas veces es contraproducente, aumenta su resistencia y alimenta su paranoia de que las personas conspiran en su contra.
Otro obstáculo para el tratamiento es superar la sospecha y la desconfianza de la persona con PPD hacia quienes intentan ayudarla, incluido el terapeuta. Como en todas las relaciones, la confianza es un componente fundamental de una conexión efectiva entre el terapeuta y el cliente. Si su ser querido desconfía de los motivos del terapeuta, le preocupa revelar detalles personales o se siente incómodo confiando en él, es muy poco probable que la terapia tenga éxito.
Encontrar al terapeuta adecuado para cualquier trastorno de salud mental muchas veces puede llevar tiempo y esfuerzo, y eso es especialmente cierto en el caso del trastorno paranoide de la personalidad. La persona con PPD necesita sentir que trabaja en colaboración con un terapeuta y no que se le está imponiendo un tratamiento. Puede llevar varios intentos encontrar un terapeuta que se adapte bien y es posible que se necesite un programa de tratamiento a largo plazo para controlar continuamente los síntomas del PPD.
No existe ningún medicamento específicamente diseñado para tratar el trastorno paranoide de la personalidad, aunque pueden utilizarse medicamentos antipsicóticos para tratar los síntomas graves de la paranoia. También pueden recetarse otros medicamentos para ayudar a controlar afecciones relacionadas, como la ansiedad o la depresión.
Aunque pueden ser beneficiosos en combinación con la terapia, muchas personas con PPD desconfían de los medicamentos, sobre todo si los beneficios no son evidentes de inmediato.
Si tiene una relación con alguien que padece un trastorno paranoide de la personalidad, ya sabe lo estresante y emocionalmente turbulenta que dicha relación puede ser. Tanto si se trata de su cónyuge, su pareja o un miembro de su familia, las sospechas, los señalamientos y la tergiversación de sus palabras para que signifiquen otra cosa pueden tener un fuerte impacto. Los insultos verbales, la falta de sensibilidad hacia sus sentimientos y la obstinada creencia de que él o ella siempre tiene razón pueden hacerlo sentir constantemente tenso y cauteloso alrededor de esa persona. Y sus celos y su comportamiento controlador pueden dificultarle mantener otras relaciones y vínculos sociales, haciéndolo sentirse aislado y solo.
Probablemente sienta que la persona con PPD nunca lo ve como realmente es. Las personas con PPD son tan reservadas con sus sentimientos y paranoicas por lo que respecta a compartir cualquier cosa personal sobre sí mismas que puede resultar difícil llegar a sentirse cercano a ellas.
En las relaciones sanas, la confianza tiende a profundizarse con el tiempo a medida que dos personas se conocen mejor. Pero en una relación con alguien con trastorno paranoide de la personalidad, suele ocurrir lo contrario. Mientras más tiempo esté en la relación, menos confía en usted la persona con PPD y más desconfiada se vuelve de usted.
Aunque es fácil sentirse abrumado o perder la esperanza, es posible estabilizar su relación animando a su ser querido a recibir tratamiento y tomando medidas para establecer límites saludables.
Por muy hiriente y confuso que pueda resultar el comportamiento de una persona con PPD, intente recordar que las creencias paranoicas y el pensamiento desordenado de su ser querido se derivan del miedo. Aunque sus creencias puedan ser totalmente infundadas, el miedo, la ansiedad y la angustia que su ser querido experimenta son muy reales.
Reconozca su dolor. Aunque no es necesario que esté de acuerdo con las creencias infundadas de su ser querido, puede reconocer y ofrecer consuelo a los sentimientos que alimentan estas creencias. Reconocer su dolor puede ayudar a su ser querido a sentirse más seguro y a disipar su ira y hostilidad.
No discuta sobre sus creencias erróneas ni las desestime de inmediato. Una persona con PPD malinterpreta los acontecimientos como amenazantes e intentar discutir racionalmente con ella solo reforzará su creencia de que usted pretende engañarla. En su lugar, respete sus creencias, pero enfóquese en los temores que hay detrás de sus afirmaciones. Hablar abiertamente de lo que la persona siente, sin validar su pensamiento paranoico, puede ayudar a reducir su estrés y ansiedad.
Establezca límites. Por mucho dolor que sienta su ser querido, eso no significa que esté bien que se desquite con usted. Establecer límites claros puede ayudar a la persona con PPD a ver los efectos perjudiciales de su comportamiento, lo que a su vez puede animarla a buscar tratamiento. Por ejemplo, podría dejar claro que, si la persona lo acusa de engañarla o le impide ver a sus amigos, se irá hasta que empiece el tratamiento. Deje claras las reglas y las consecuencias, pero solo si está dispuesto a cumplirlas.
Simplifique su forma de comunicarse. Intente utilizar un lenguaje claro y sin ambigüedades para reducir la posibilidad de que su ser querido malinterprete lo que le dice. Si su ser querido empieza a tergiversar sus palabras, intente ofrecerle una aclaración sin ponerse a la defensiva.
Fomente el ejercicio. La actividad física regular libera endorfinas que pueden aliviar la tensión, mejorar el estado de ánimo de su ser querido y ayudar a controlar los síntomas del estrés, la ansiedad y la depresión. Añadir un elemento de conciencia plena, centrándose realmente en cómo se siente el cuerpo mientras se hace ejercicio, también puede ayudar a su ser querido a interrumpir el flujo de pensamientos negativos que pasan por su mente.
Favorezca la relajación. Las personas con trastorno paranoide de la personalidad suelen tener dificultades para relajarse. Puede ayudar fomentando una práctica regular de relajación, como el yoga o la meditación.
Estar en una relación con alguien que tiene un trastorno paranoide de la personalidad requiere de compasión, paciencia y mucha comprensión. Pero si no tiene cuidado, también puede ser increíblemente agotador y apoderarse de su vida. El pesimismo de su ser querido puede hacer que el mundo le parezca un lugar oscuro y negativo, por lo que es vital que tome medidas para reforzar su propio estado de ánimo y su autoestima.
Mantenga otras relaciones. El trastorno paranoide de la personalidad de su ser querido y su comportamiento controlador asociado pueden haberle hecho aislarse de su familia y amigos. Pero es importante establecer límites para poder mantener su vida social. Necesita un contacto regular con la familia y los amigos para apoyarse, relajarse y divertirse. Si ha dejado viejas conexiones sociales, nunca es demasiado tarde para hacer nuevos amigos.
Tómese un tiempo para relajarse y descansar. Cuando trata con alguien con un trastorno paranoide de la personalidad puede sentirse como si estuviera en medio de una tormenta. Es importante recuperar el equilibrio y la perspectiva adoptando una práctica diaria de relajación, como el yoga, la respiración profunda o la meditación. Un buen punto de partida es la meditación guiada En el ojo de la tormenta de HelpGuide.
Haga ejercicio. La actividad física puede ser tan importante para reducir sus niveles de estrés y ansiedad como lo es para su ser querido con PPD. Incluso pueden hacer ejercicio o tomar una clase de yoga juntos, motivándose y animándose el uno al otro.
Coma bien y duerma lo suficiente. Es fácil descuidar su alimentación y escatimar horas de sueño cuando se está lidiando con el problema de salud mental de un ser querido. Pero cuando come bien y duerme lo suficiente, es más capaz de manejar el estrés, permanecer paciente y controlar su propia respuesta emocional.
Llame a la línea de ayuda de NAMI al 1-800-950-6264.
Llame a la SANEline al 07984 967 708.
Llame a la línea de ayuda de Sane al 1800 187 263.
Visite Mood Disorders Society of Canada para acceder a los enlaces de las líneas de ayuda de cada provincia.
Llame a la línea de ayuda de la Fundación Vandrevala al 1860 2662 345.
Encuentre información y apoyo de otras personas afectadas por el PPD en el foro del trastorno paranoide de la personalidad.
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