Cómo seguir siendo sociable cuando se deja de beber
Reducir el consumo de alcohol no tiene por qué significar perder su vida social
¿Está listo para abandonar el hábito de beber compulsivamente? Si tiene problemas para dejar de beber una vez que comienza, estos consejos pueden ayudarle a desarrollar una relación más saludable con el alcohol.
Cuando escucha el término «consumo compulsivo de alcohol», quizás se imagine fiestas desenfrenadas en la secundaria o en la universidad. Pero personas de cualquier edad pueden caer en el consumo compulsivo de alcohol. Algunas investigaciones incluso muestran que el hábito está aumentando entre los adultos mayores.
El consumo compulsivo de alcohol consiste en una serie de episodios breves, pero intensos, de consumo de alcohol. Cuando bebe de esta manera, consume suficiente alcohol en el transcurso de dos horas para elevar su concentración de alcohol en sangre hasta el límite legal de intoxicación (0.08 % en EE. UU.) o más. Eso se traduce en unas cuatro o más bebidas para una mujer adulta o cinco o más bebidas para un hombre adulto.
Aunque beber tanto puede no parecer un gran problema en el momento, es posible que después se arrepienta de sus decisiones. Puede luchar con las consecuencias físicas inmediatas: dolor de cabeza, náuseas, debilidad y mala calidad del sueño. O tal vez después sienta pena y vergüenza por las cosas que dijo e hizo mientras estaba bajo los efectos del alcohol. Es posible que se despierte con preguntas como: ¿hice algo tonto para poner en peligro a mis seres queridos? o ¿me desmayé y quedé vulnerable?. Estos lapsos en la memoria solo se suman a la sensación de miedo y confusión que experimenta al día siguiente.
También es posible que le preocupe si el alcohol está causando un daño permanente en su cerebro o en su corazón. Si su consumo excesivo de alcohol es un problema recurrente, puede reprenderse por su escaso autocontrol o incluso desarrollar un sentimiento de autodesprecio.
Si algo de esto le resulta familiar, considere replantearse su relación con el alcohol. No es necesario que deje de beber por completo: hay muchos puntos medios entre el abuso del alcohol y la abstinencia. Una vez que encuentre ese término medio, puede continuar disfrutando de sus bebidas favoritas sin poner en peligro su salud, seguridad o sensación de bienestar.
Comprender los efectos del consumo compulsivo de alcohol podría aumentar su motivación para reducir la cantidad de alcohol que consume en una sola sentada.
Los efectos pueden variar según la genética, la cantidad de alcohol que bebe a la vez, la frecuencia del exceso y cualquier afección de salud preexistente que pueda tener, como una enfermedad cardiovascular. Sin embargo, el impacto del consumo compulsivo de alcohol en su salud física y mental puede ser variado y de gran alcance, lo que aumenta su riesgo de:
Intoxicación por alcohol o sobredosis de alcohol. Esto sucede cuando el nivel de alcohol en el torrente sanguíneo es tan alto que crea una situación potencialmente mortal. Beber demasiado en un corto periodo de tiempo puede reducir la frecuencia cardiaca, la respiración y la temperatura corporal. Pueden producirse convulsiones, pérdida de conocimiento e incluso la muerte.
Condiciones físicas crónicas. El consumo excesivo de alcohol puede provocar enfermedades vasculares, como presión arterial alta, enfermedades cardiacas y derrames cerebrales. Los problemas digestivos y las enfermedades del hígado también son riesgos potenciales para la salud a largo plazo que enfrentan los bebedores compulsivos.
Aumento de peso. Muchas bebidas alcohólicas tienen muchas calorías y es posible que no lo note porque son muy fáciles de consumir. Por ejemplo, si una cerveza de 12 onzas tiene alrededor de 150 calorías y bebe cinco, habrá consumido 750 calorías adicionales que pueden agregar pulgadas rápidamente a su cintura.
Cáncer. El alcohol puede dañar los tejidos del cuerpo e interferir con la capacidad del cuerpo para absorber nutrientes y descomponer sustancias químicas dañinas. Estos efectos pueden aumentar su riesgo de varios tipos de cáncer, incluyendo cáncer de boca, garganta, esófago, senos, hígado y colon.
Trastornos del espectro alcohólico fetal (TEAF). Las mujeres embarazadas que beben de manera compulsiva pueden afectar el desarrollo físico y cognitivo de su hijo. Un niño con TEAF puede experimentar problemas cardiacos u óseos, capacidad de atención y memoria reducidas o problemas de aprendizaje. La investigación sugiere que el consumo de alcohol también es un factor de riesgo para el síndrome de muerte súbita del lactante.
Deterioro de las funciones de la memoria. Los estudios demuestran que el consumo compulsivo de alcohol puede afectar su memoria de trabajo, que es su capacidad para almacenar información a corto plazo y no perder de vista lo que se está haciendo. Beber en exceso también puede provocar «pérdidas de conocimiento» inducidas por el alcohol. Esto es cuando su cerebro no puede mover la información del almacenamiento a corto plazo al almacenamiento a largo plazo, lo que da lugar a recuerdos fragmentados o dificultad para recordar eventos.
Impulsividad. Los bebedores compulsivos a menudo tienen más dificultades con las tareas que involucran el control de los impulsos, lo que lleva a un comportamiento imprudente o peligroso.
Deterioro en el aprendizaje. El abuso del alcohol puede afectar el desarrollo de la estructura del cerebro, por lo que las personas que comienzan con el consumo compulsivo de alcohol cuando son adolescentes o adultos jóvenes pueden experimentar problemas para aprender y concentrarse.
Problemas de salud mental. El abuso del alcohol puede causar o empeorar los síntomas de depresión, ansiedad y trastornos del sueño. Es posible que experimente efectos adversos en su estado de ánimo mientras está intoxicado e incluso después de recuperar la sobriedad. El abuso de alcohol y los trastornos del estado de ánimo pueden incluso formar un ciclo peligroso. Puede beber compulsivamente para hacer frente a la depresión. Entonces, experimenta interrupciones del sueño debido a su consumo de alcohol. La falta de sueño empeora sus sistemas depresivos, por lo que recurre de nuevo al alcohol.
Debido a que el consumo excesivo de alcohol afecta el juicio y las inhibiciones, puede llevar a un comportamiento de riesgo que puede tener algunas consecuencias graves.
A muchos de nosotros nos gusta beber de vez en cuando, pero si consume alcohol compulsivamente, consume lo suficiente en un periodo breve para que se le considere legalmente intoxicado: cinco bebidas o más en dos horas si es hombre, cuatro o más si es mujer. Sin embargo, incluso si bebe menos que esto en un evento, si su consumo compulsivo de alcohol está teniendo consecuencias no deseadas en su vida, puede ser hora de reevaluar sus hábitos de consumo de alcohol.
Algunos bebedores compulsivos solo beben una vez a la semana; otros, incluso con menos frecuencia. De hecho, abstenerse de beber alcohol entre eventos de consumo excesivo de alcohol es una característica clave del consumo compulsivo de alcohol. Puede pensar que debido a que no depende físicamente del alcohol y no tiene que beber todos los días, su consumo de alcohol no es perjudicial. Sin embargo, el consumo compulsivo de alcohol puede tener consecuencias graves y cualquier patrón de consumo de alcohol poco saludable puede ocasionar problemas más graves.
A menudo bebe más de lo que pretendía. Puede empezar la noche con la intención de beber una o dos cervezas. Pero luego pierde la noción del tiempo y de su ritmo. Una o dos horas más tarde, está más intoxicado de lo que quería estar.
Tiene dificultad para detenerse una vez que comienza a beber. Tal vez se deje llevar con frecuencia por la sensación de euforia que acompaña a la intoxicación. Se siente obligado a seguir bebiendo para mantener ese nivel.
Sufre de pérdida del conocimiento con frecuencia. La pérdida de memoria o los recuerdos fragmentados de la noche anterior pueden hacer que se sienta incómodo o preocupado por su salud.
Se siente culpable o avergonzado por lo mucho que bebe. Puede llegar a la fiesta de un amigo con un estado de ánimo optimista y lleno de energía, pero al final de la noche, se siente mal y se arrepiente de sus decisiones. Tal vez se pregunte por qué parece cometer siempre los mismos errores.
Sus problemas de salud mental empeoran después de beber. Unas cuantas bebidas mezcladas pueden mejorar su estado de ánimo por la noche. Pero a la mañana siguiente, nota que sus síntomas depresivos o pensamientos ansiosos son peores de lo habitual.
Tiene un comportamiento imprudente. Tal vez se sienta demasiado confiado en su capacidad para conducir mientras está intoxicado, o no piensa en los riesgos que implican las maniobras físicas o ir a casa con un desconocido.
Solo alrededor del 10 por ciento de las personas que beben compulsivamente luchan contra la dependencia del alcohol. Sin embargo, mientras más frecuente sea el consumo compulsivo de alcohol, mayor será el riesgo de desarrollar un problema de abuso del alcohol.
[Lea: Alcoholismo y abuso del alcohol]
El círculo vicioso que va del consumo compulsivo de alcohol hasta la adicción al alcohol puede ser un proceso gradual. A medida que desarrolla tolerancia al alcohol, es posible que descubra que necesita beber más y más para sentir los mismos efectos. Es posible que empiece a consumir alcohol compulsivamente con más frecuencia, y que los días de abstinencia entre eventos sean cada vez menos.
A medida que comienza a dar prioridad al consumo de alcohol, este puede tener un efecto negativo en su trabajo, escuela o vida social. Puede intentar reducir su consumo de alcohol, pero se da cuenta de que sufre dolores de cabeza, fatiga, ansiedad o irritabilidad en los días en que no bebe.
El consumo de alcohol le sigue quitando cada vez más su tiempo y energía, afectando a su salud física y mental hasta que necesita tomar medidas serias para abordar su problema con la bebida.
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Realice la evaluación HelpGuide es un apoyo para el usuario. Ganamos una comisión si se registra en los servicios de BetterHelp después de hacer clic en este sitio. Obtenga más informaciónSi usted es un bebedor compulsivo, el primer paso para cambiar su problema con la bebida es comprender qué factores impulsan su comportamiento. Dependiendo de su edad, pueden entrar en juego distintos factores, pero algunas motivaciones son comunes en todos los grupos de edad.
Estrés. Las personas a menudo recurren al consumo compulsivo de alcohol como una forma de automedicarse para la ansiedad, la depresión y el estrés. Puede hacerlo como una forma de relajarse después de un día difícil en el trabajo o para desahogarse después de los exámenes universitarios. Muchas personas también usan la bebida para hacer frente a periodos difíciles en su vida, como la muerte de un ser querido o la ruptura de una relación sentimental. Sin embargo, el alcohol es un depresor, por lo que finalmente le hará sentirse aún peor.
[Lea: Automedicación para la depresión, la ansiedad y el estrés]
Aburrimiento o soledad. Cuando uno se siente aislado o carece de dirección y propósito, es frecuente recurrir al alcohol y otras drogas para llenar ese vacío. Por ejemplo, puede sentirse tentado a recostarse en su sofá, beber cerveza y mirar televisión simplemente para matar las horas que pasa solo.
Falta de conciencia sobre la tolerancia al alcohol. Es fácil que los adolescentes y adultos jóvenes que no están seguros de cuánto alcohol pueden tolerar sobrepasen sus límites. Incluso los adultos que son mayores pueden sobreestimar su tolerancia y terminar bebiendo mucho más de lo que pueden controlar.
Ansiedad social. El alcohol reduce las inhibiciones y, en el momento, le hace sentirse más relajado. Debido a este efecto inicial, las personas suelen consumir alcohol para hacer frente a la ansiedad social. Podría beber de manera compulsiva para sentirse seguro al hablar, coquetear o hacer bromas con desconocidos.
Presión social. No es raro que los adultos jóvenes se motiven unos a otros a beber en exceso, mezclar sus bebidas o agregar rondas de shots. Incluso a los adultos que son mayores les puede resultar más difícil rechazar «una bebida más» cuando se divierten con amigos. Y la presión social no tiene por qué presentarse necesariamente en forma de amigos que le motivan a beber más. Es posible que se convenza a sí mismo de que necesita beber para impresionar a alguien o encajar con los demás. Esto puede ser especialmente cierto en el caso de los adolescentes que quieren beber para parecer mayores o más maduros.
Ciertos rasgos de la personalidad pueden hacerlo más propenso al consumo compulsivo de alcohol. Si es una persona muy impulsiva, es más probable que busque otra bebida sin detenerse a pensar en las consecuencias. Si usted es el tipo de persona a la que le gusta buscar sensaciones y situaciones novedosas, es posible que también esté más dispuesto a involucrarse en hábitos de consumo de alcohol riesgosos.
Sin embargo, sea cual sea su personalidad, hay pasos que puede tomar para modificar sus hábitos y recuperar el control de su forma de beber.
Si usted es un bebedor compulsivo, es posible que no beba todos los días, pero cuando comienza a beber, es probable que le resulte difícil dejar de hacerlo después de solo una o dos bebidas. Eliminar completamente el alcohol de su vida siempre es una opción. Pero si no quiere dar un paso tan grande, hay formas de beber de manera más responsable.
[Lea: Cómo superar la adicción al alcohol]
Establezca un límite estricto. Por ejemplo, puede tomar la decisión de limitarse a una o dos bebidas cuando salga con sus amigos. Para mantener ese límite en mente, considere escribirlo, configurar un recordatorio en su teléfono o contarle a un amigo sus intenciones. Recuerde que beber puede reducir las inhibiciones y afectar el juicio, por lo que una vez que supere el límite establecido, es posible que le resulte más difícil detenerse.
Beba más agua. Ya sea que decida establecer un límite estricto o no, acostúmbrese a tomar una bebida sin alcohol después de cada bebida alcohólica. Esto puede ayudarle a reducir la velocidad y a mejorar su ritmo.
Las resacas no son causadas únicamente por la deshidratación. Por lo tanto, beber más agua no necesariamente le protegerá de una resaca al día siguiente. La única forma segura de reducir o evitar la resaca es beber menos alcohol.
Tome pequeños sorbos. Además de hacer pausas para beber agua, acostúmbrese a tomar lentamente sorbos de alcohol. Adopte una actitud más consciente de la bebida. En lugar de tomar apresuradamente su cerveza o bebida mezclada, tómese el tiempo para sostenerla en la boca y apreciar su sabor. Si tiene dificultades para moderar su ritmo, intente seguir con bebidas que tengan un bajo contenido de alcohol.
Coma antes de beber. Tener el estómago lleno puede hacer que sea menos probable que beba tanto como lo haría con el estómago vacío.
No tenga alcohol en su casa. Evite almacenar cerveza, licor y vino en su cocina. Puede parecer conveniente cuando tiene invitados, pero también facilita acceder a varias bebidas cuando está solo. Si termina almacenando alcohol en casa, guárdelo en la parte trasera del refrigerador o en el sótano, en algún lugar fuera de la vista inmediata.
Si alguien está tratando de obligarle a tomar otra cerveza, sea cortés pero firme al decir que no. Un simple no, gracias es lo único que necesita decir. Si desea ofrecer una razón más concreta, puede decir que debe levantarse temprano mañana. A partir de ahí, puede cambiar de tema.
En algunos casos, las personas que le rodean pueden continuar presionándole para que beba. Quizá le preocupa que piensen mal de usted si no bebe más. Tenga en cuenta que las personas que realmente se preocupan por usted aceptarán su decisión. Considere evitar a las personas que le presionan, así como a las personas que tienden a beber de manera compulsiva.
[Lea: Cómo seguir siendo sociable cuando se deja de beber]
Si nadie le presiona, pero sigue sintiendo el deseo de integrarse, tome una bebida sin alcohol. El simple hecho de tener una bebida en la mano puede hacerle sentirse más a gusto. Esta estrategia también puede ser útil si está con un grupo de amigos que quieren jugar juegos que implican beber.
Si tiende a beber para calmar los nervios en situaciones sociales, considere estos métodos más saludables:
Practique una respiración lenta y constante. Inhale durante cuatro segundos, sostenga la respiración durante dos segundos y exhale durante seis segundos. Esto estimula su sistema nervioso parasimpático, lo que reduce el estrés. Notará que el ritmo cardiaco disminuye, que la tensión muscular se reduce y que la sensación de ansiedad desaparece.
Dirija su atención hacia el exterior. En lugar de concentrarse en los sentimientos internos, preocupándose por cómo se siente o qué piensan los demás, intente concentrarse más en lo que sucede a su alrededor. ¿Qué están diciendo sus amigos? ¿Qué está comunicando su lenguaje corporal? ¿Hay una vista o sonidos interesantes en el lugar?
Desafíe el monólogo interior negativo. Si le resulta difícil cambiar su enfoque de lo interno a lo externo, considere la calidad de su diálogo interior. ¿Está esperando que los demás le juzguen? ¿Se está autorreprochando por un error que cometió antes? Haga una reflexión y desafíe esas preocupaciones con pensamientos más realistas. ¿Está seguro de que le están juzgando? ¿Realmente importa? La verdad es que los demás suelen estar mucho menos pendientes de usted de lo que cree.
Para obtener más consejos, consulte Trastorno de ansiedad social.
Ver a un amigo o familiar luchar con el hábito de beber de manera compulsiva puede ser difícil, incluso desgarrador. Probablemente estará ahí para presenciar su comportamiento más imprudente, sus dolorosas resacas y su sensación de vergüenza y depresión posterior.
Su comportamiento volátil y sus emociones podrían incluso afectar a su relación. Tal vez su ser querido tenga tendencia a decir cosas insensibles cuando está intoxicado o quizá suele conducir después de beber.
Aunque no puede obligar a un ser querido a abandonar sus hábitos de consumo compulsivo de alcohol, expresar sus preocupaciones y ofrecerle apoyo de la manera correcta puede ayudar a motivarle a cambiar su forma de actuar.
Elija el momento apropiado. No mencione el tema cuando ya esté bebiendo o tenga resaca. Si está intoxicado, es más probable que le malinterprete, le ataque u olvide los detalles de las conversaciones. Espere hasta que ambos puedan tener una conversación clara, sin prisas y sin interrupciones.
Sea respetuoso pero honesto. No use un tono de voz crítico ni trate de avergonzarlo. Simplemente explíquele por qué le preocupa que beba de manera compulsiva. Puede señalar los efectos que está teniendo en su estado de ánimo o en su salud física. O podría hacerle saber cómo está afectando su relación. El objetivo no es darle un sermón, amenazarle o castigarle. Solo hágale saber que le importa.
Espere un rechazo de su parte. No es raro que las personas se pongan a la defensiva cuando los demás señalan sus hábitos de consumo de alcohol poco saludables. Su ser querido puede negar el problema, desviar la atención o enojarse con usted. Reafírmese que hablar es un gesto compasivo. Si no expresa sus preocupaciones ahora, es posible que su ser querido no deje de abusar del alcohol hasta que experimente consecuencias más graves.
Siga intentándolo, pero reconozca sus límites. Entonces, ¿qué debe hacer si su ser querido niega tener un problema de consumo compulsivo de alcohol en un inicio? Tal vez quiera darle unos días para que reflexione sobre lo que le ha dicho. Si continúa con los mismos patrones poco saludables, podría retomar la conversación más adelante.
[Lea: Cómo ayudar a alguien con un problema con la bebida]
Siempre tenga en cuenta que no puede controlar el comportamiento de otra persona. Tampoco debe culparse por sus hábitos poco saludables.
Aunque no puede controlar la forma en que otros adultos manejan el alcohol, si es el padre de un adolescente que bebe de manera compulsiva, querrá tomar medidas. El consumo de alcohol puede tener efectos de por vida en el cerebro y el organismo en desarrollo. Los adolescentes que beben también tienen más probabilidades de tener dificultades en la escuela, consumir otras sustancias de riesgo o sufrir una intoxicación etílica.
Para ayudar a un menor a abandonar el hábito, tendrá que comprender sus motivaciones y estar dispuesto a hablarle sin prejuicios. Debido a que el consumo de alcohol en menores de edad puede tener consecuencias legales, también es necesario establecer reglas y consecuencias.
Para obtener más información, consulte: Consumo de alcohol en menores de edad y adolescentes.
Siempre y cuando su ser querido esté listo para hacer un cambio, puede tomar varias medidas para apoyarle.
Haga un plan concreto con su ser querido y anótelo. Por ejemplo, podría decidir limitarse a una bebida en cada ocasión o no más de tres bebidas a la semana. Al beber juntos, recuérdele el límite que se fijó. Pero recuerde que no es su trabajo hacer cumplir este límite.
Dé el ejemplo. No beba en exceso. Incluso podría querer recalcar cuando termine de beber. Decir algo como: bueno, esa es mi única bebida de la noche puede ayudar a su ser querido a recordar su propio límite.
Dele más responsabilidad. En situaciones sociales en las que se fomenta la bebida, puede dar a su ser querido razones para practicar el autocontrol. Por ejemplo, si usted y su esposo van juntos a una fiesta, acuerden de antemano que él será el conductor designado.
Busque nuevos intereses con su ser querido que no impliquen beber. En lugar de invitarle a tomar algo en un bar, trabajen en un proyecto de manualidades o vayan a ver una película. Esté atento a la frecuencia con la que participa en actividades que podrían implicar el consumo de alcohol, como noches de concursos o eventos deportivos. Trate de hacer que ese tipo de actividades pasen a un segundo plano frente a otros pasatiempos.
Esté presente en momentos de estrés. En momentos de estrés, dificultades o pérdidas, ayude a su ser querido a encontrar mejores formas de afrontar las emociones negativas. Si está pasando por una ruptura o la pérdida de trabajo, por ejemplo, esté ahí para escucharle y asegurarle que las cosas mejorarán. En lugar de ir a un bar donde puedan «ahogar sus penas», ofrezca otras alternativas, como hacer senderismo juntos o hacer un viaje por carretera.
No importa cómo elija apoyar los esfuerzos de su ser querido para que deje de beber de manera compulsiva, recuerde que usted no es su terapeuta. Tampoco se puede esperar que supervise constantemente sus decisiones. Su función es simplemente recordarle los compromisos que asumió y ofrecerle pequeños impulsos en la dirección correcta.
La mayoría de las organizaciones tienen oficinas a nivel mundial: Al-Anon y Alateen: Grupos de apoyo para amigos y familias de personas que tienen problemas con la bebida. Alcohólicos Anónimos (AA): Obtenga más información sobre los 12 pasos y encuentre una reunión de apoyo en su área. Women for Sobriety: Es una organización dedicada a ayudar a las mujeres a superar las adicciones. SMART Recovery: El Entrenamiento de Autocontrol y Recuperación (SMART, por sus siglas en inglés) es un programa que tiene como objetivo lograr la abstinencia a través del cambio autodirigido. SMART Recovery: El Entrenamiento de Autocontrol y Recuperación (SMART, por sus siglas en inglés) es un programa que tiene como objetivo lograr la abstinencia a través del cambio autodirigido.
Llame a la Línea de ayuda nacional de la SAMHSA al 1-800-662-4357 o consulte el Behavioral Health Treatment Services Locator (Buscador de servicios de tratamiento de salud conductual) de la SAMHSA.
Llame a la Drinkline al 0300 123 1110, visite Drinkaware o encuentre servicios de apoyo para la adicción al alcohol del NHS.
Descargue Finding Quality Addiction Care in Canada (Cómo encontrar atención de calidad para adicciones en Canadá) para líneas de ayuda y otros recursos regionales.
Llame a la Línea de ayuda familiar para problemas con drogas al 1300 660 068, comuníquese con Counselling Online o encuentre servicios de ayuda y apoyo regionales.
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